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“Señor pirotécnico, puede comenzar la revolución”

Los organizadores cifran en 10.000 los asistentes a la manifestación de segundo aniversario del Movimiento 15M

Cristina Vázquez
Miles de personas en la manifestación de Valencia.
Miles de personas en la manifestación de Valencia. TANIA CASTRO

“Señor pirotécnico, puede comenzar la revolución”, leyó una portavoz del Movimiento 15-M, que ayer reunió a miles de personas en Valencia —unas 10.000, según los organizadores— en la marcha de su segundo aniversario. Una gran ovación dio la bienvenida a estas palabras, que recuerdan, con una ligera variación, la orden con que la fallera mayor de Valencia da inicio todos los años a la mascletàque se dispara en la Plaza del Ayuntamiento. Antes de los parlamentos, leídos en las dos lenguas oficiales, se guardó silencio en recuerdo de una mujer de Almassora que murió esta semana tras incendiar una sucursal bancaria en protesta por un desahucio.

La marcha salió dos horas antes de la Estació del Nord, donde confluyeron cinco columnas de participantes procedentes de diferentes puntos de la capital. La manifestación transcurrió pacífica por todo el distrito comercial de Valencia.

Al ritmo de batucada, los asistentes pidieron la dimisión, entre otros, de la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, a la que recriminaron la dureza con que reprimió el movimiento de primavera valenciana. También reclamaron en dos o tres ocasiones la dimisión de Juan Cotino, el presidente de las Cortes Valencianas, del PP, por su actitud tras el accidente de metro de 2006 en Valencia, donde fallecieron 43 personas y otras 47 resultaron heridas.

Durante unos segundos se detuvieron al comienzo de la calle donde reside el expresidente de la Generalitat Francisco Camps, al que han increpado. Poco antes, otra manifestante, con una careta de borrego exhibía ante la sede de Bankia, en la calle del Pintor Sorolla, un cartel donde podía leerse: “Genocidio”.

El movimiento se veía satisfecho con el resultado de la marcha, sobre todo, después de una semana en que ha habido sonadas protestas como la de la educación. La plataforma Stop Desahucios fue ayer la más visible y la que llevó la voz cantante en la marcha. Hay más de 40 colectivos vinculados a este movimiento.

Mari Carmen, de 55 años, miembro de la asamblea del 15-M en un barrio de la capital, respondió a los que ponen en duda la supervivencia de este movimiento ciudadano. “Seguimos vivos y en pie a pesar de lo que a algunos les gustaría”, dijo. “Vengo a protestar contra la política nefasta del Gobierno”, añadió.

Los portavoces criticaron en el manifiesto a la “banca podrida” que absorbe las ayudas publicas. “Estamos indignados y cabreados por el recorte de las pensiones, por el desmantelamiento de la sanidad y la educación públicas, por los inmigrantes que mueren a la puerta de las urgencias...”, denunciaron. “Estamos más indignados que nunca”, repitieron. La concentración acabó al grito de “Sí podemos”, que ha hecho famoso la plataforma Stop Desahucios. El segundo aniversario fue conmemorado también con actos en Castellón y Alicante.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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