El Parlamento abre la vía legislativa para blindar el modelo comercial catalán

El Parlament ha dado hoy "luz verde" a la tramitación de una reforma de la Ley de Horarios Comerciales de Cataluña para tratar de preservar y "blindar" el modelo comercial catalán basado en el pequeño y mediano comercio de proximidad, frente al decreto estatal de liberalización de horarios comerciales.

La proposición de Ley de Horarios Comerciales y Determinadas Actividades de Promoción, que ha sido presentada por CiU y ERC, ha superado el debate a la totalidad tras ser rechazada la única enmienda a la totalidad presentada por el PPC, con lo votos de todos los demás grupos, excepto Ciutadans (C's), que se ha abstenido.

El objetivo de esta ley, según se indica en su parte introductoria, es tratar de preservar el modelo comercial catalán, prever las condiciones laborales de los trabajadores autónomos y asalariados del sector y también el derecho de los ciudadanos a disponer de una oferta comercial diversificada.

Por parte de los grupos promotores de la propuesta, la diputada de ERC Agnès Russiñol ha considerado el decreto estatal que implanta la liberalización de horarios comerciales como "una nueva agresión a Cataluña" en este caso "en el ámbito del comercio".

En su opinión, Cataluña se ve obligada a reaccionar "contra esta voluntad enfermiza que tiene el PP de uniformizar el Estado, sin escuchar la realidad de otros territorios que no sea el de Madrid".

Russiñol ha rechazado "las reiteradas intromisiones y la invasión competencial del Estado" y ha puntualizado que el modelo que defiende el PP "es el de Madrid, pero resulta que esta ciudad ha perdido los dos últimos años casi un 18 % del comercio al detalle".

En sentido parecido, el diputado de CiU Xavier Crespo ha reprochado que el Gobierno español haya recurrido la normativa catalana de comercio e imponga su decreto "lo que denota -ha dicho- su voluntad uniformizadora y centralista, sin la más mínima voluntad de diálogo y de negociación" con Cataluña.

"Sólo las muy grandes superficies comerciales pueden salir beneficiadas del modelo del PP -ha apuntado- ya que ni siquiera los pequeños y medianos comercios la ven favorablemente".

La reforma de la ley catalana de comercio, que ahora será tramitada en comisión, prevé que los comercios no puedan estar abiertos entre las 22.00 horas y las 07.00, fija en doce horas el máximo diario de actividad y limita a ocho el número de domingos y festivos anuales en que pueden abrir, si bien quedan excluidas las panaderías, pastelerías, platos preparados, prensa, flores y combustibles, además de los municipios turísticos.

En defensa de la enmienda a la totalidad del PP, su portavoz adjunto, Santi Rodríguez, ha cuestionado la afirmación de que el modelo catalán funciona muy bien, porque: "los datos nos indican que Cataluña ha perdido una cuarta parte de las pequeñas superficies".

Según Santi Rodríguez, "los informes de la UE en materia de comercio van en sentido contrario a la normativa catalana" que, según ha apuntado, "es la más restrictiva de todo el Estado por lo que respecta a la concesión de licencias comerciales y horarios".

Alicia Romero -del PSC- y Joan Mena -de ICV-EUiA- han defendido la trama urbana de pequeño y mediano comercio "en contraste con el modelo de Madrid" que el diputado ecosocialista ha calificado como "neoliberal de grandes superficies", aunque ha alertado que actualmente en Cataluña "se dan licencias de hipermercados mediante subterfugios y de forma camuflada".

Según el diputado de la CUP Quim Arrufat, su formación no quiere ciudades y pueblos sin comercios urbanos y con grandes superficies alejadas de la gente. "Ojo con las zonas turísticas -ha alertado- porque no creemos que el modelo a imitar sea el que ha impulsado el exalcalde de Lloret Xavier Crespo".

Inés Arrimada, de C's, ha reprochado que la única finalidad de la propuesta sea contrarrestar la normativa estatal, pero ha discrepado del modelo comercial que propugna el PP.