Cita con el hombre que susurraba las canciones

Del mismo modo que las crónicas taurinas de Joaquín Vidal ganaban aficionados que no estimaban especialmente los toros, Diego A. Manrique también ha captado adeptos a su forma de contar, periodísticamente, las cosas que se refieren a la música popular en la prensa escrita, hablada y auidovisual. Desde las páginas de la revista Triunfo en los años 70 a las páginas de EL PAÍS en los tiempos actuales, Manrique se ha labrado el prestigio de crítico musical por excelencia en las ajetreadas aguas de la música pop, entendida esta en sentido amplio.

Un buen puñado de esas crónicas y críticas están recogidas ahora en un libro titulado Jinetes en la tormenta, que anda por la segunda edición y que pone la percha de actualidad para la entrevista en directo que el catedrático de Didáctica de las Matemáticas de la Universitat de València Luis Puig le realizará el jueves 25 de abril en el Centre Cultural La Nau de Valencia. El diálogo, que será  moderado por el vicerrector de Cultura, Antonio Ariño, forma parte del programa Claustre Obert que promueven la institución académica y este diario.

Un profesor que como Luis Puig ha escrito un texto titulado Rocking, writing and arithmetic, mano a mano con el profesor Jenaro Talens y anima al blog Elepé en pausa, no es un matemático al uso. Su trayectoria como aficionado al rock y a la música popular en general con proyección pública, que ha organizado ciclos culturales y ha programado música en directo en el colegio mayor que dirigía, da juego también; pero el protagonista de esta nueva sesión de debate abierto en la La Nau titulado La historia del pop como retrato de una sociedad es el periodista burgalés que empezó en la radio con el inolvidable Para vosotros jóvenes de RNE y Onda 2 y dio vida a los espacios televisivos Popgrama, con el inimitable Carlos Tena, y Caja de Ritmos. 

Pero tal vez sea en El ambigú de Radio 3 donde Manrique marcó un estilo único en radio, susurrando la introducción de las canciones, como lo ha hecho en la prensa escrita. Rigor, conocimiento, pasión, amabilidad e ironía configuran un saber hacer que transpira en Jinetes en la tormenta, título menos obvio de lo que parece, porque como escribe en el prólogo, las canciones son "mentiras dulces". Historias sobre creadores e intérpretes afroamericanos, raros, malditos, insumisos, colosos y tropicales junto a los años de la movida madrileña y sus estribaciones pasan por las páginas que dan pie al próximo debate de Claustre obert.