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“Repartidos, vendidos y fumados”

El comisario de Huelva detalla el robo de una tonelada de hachís durante Nochevieja El vigilante pagaba con hachís a un mozo de cuadras y facilitó la sustracción tras ser amenazado

Sede de la Aduana de Huelva.
Sede de la Aduana de Huelva.efe

"Los mil kilos de hachís están repartidos, vendidos y fumados”. Así ha concretado el comisario de la Policía Nacional de Huelva, Antonio Placer Brun, el destino de la tonelada de hachís que el 31 diciembre del año pasado, coincidiendo con las campanadas de Nochevieja, se llevó un grupo de encapuchados del edificio de la Aduana de Huelva. Placer aportó detalles de este extraño suceso, que comienza con el vigilante del depósito oficial, que tiene un mozo que le cuida un caballo.

El vigilante decidió pagar al joven, a quien "veía que fumaba porros, con pequeñas cantidades de hachís”, una mercancía que tenía al alcance de la mano. Pero “al mozo le venía grande la plancha que recibía porque él trapicheaba con chinitas y tuvo que recurrir a un escalón más alto para dar salida a esa droga”, ha añadido el comisario.

El stock del acusado era de 100 kilos de hachís en tres fardos y decidió recurrir a unos narcotraficantes de Sevilla, con más experiencia en el mercado. “Estos vieron la droga y tuvieron interés de hacerse con más". 

A través "intermediarios", citaron al vigilante en el descampado”, según narró el comisario. Allí, y tras echar a los intermediarios que habían arreglado la cita, "como en las películas truculentas, los narcotraficantes enmascarados y con todoterrenos se quedaron con el guardián de la droga, lo coaccionaron y utilizaron violencia contra él”, señaló Antonio Placer. "Lo amenazaron con meterlo en el maletero del coche y atentar contra su familia”, añadió.

El vigilante de seguridad facilitó a la banda “información, el mando a distancia y las claves de acceso” a su lugar de trabajo y los narcotraficantes pudieron así cometer el robo en un tiempo récord. El vigilante, hasta ahora, había sido un trabajador de “total confianza”, según el comisario, que nunca había levantado sospechas en sus 12 años en el cargo.

La operación continúa abierta para detener al cabecilla de la banda, quien tiene antecedentes por narcotráfico. De los 16 detenidos, seis de ellos se encuentran en prisión, entre ellos el vigilante de seguridad, y el resto está en libertad con cargos.

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