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Feijóo culpa a PSOE y BNG de las pérdidas de los preferentistas

El PP gallego, atrincherado entre decenas de guardias civiles para protegerse de la furia de los afectados, se proclama el "partido de la calle"

Guardias civiles forcejean con manifestantes para que no traspasen las vallas ante el congreso del PP de Pontevedra, en Silleda.
Guardias civiles forcejean con manifestantes para que no traspasen las vallas ante el congreso del PP de Pontevedra, en Silleda.nacho gómez

“El partido más democrático que existe”, en palabras del reelegido presidente del PP de Pontevedra, Rafael Louzán, desplegó ayer un batallón de decenas de agentes de kas fuerzas de seguridad para contener una manifestación de gallegos de avanzada edad, armados con pancartas y bocinas de plástico y derrotados tras 15 meses de lucha y una decisión del FROB de hacer una quita media de un 43% de sus ahorros. Mientras los preferentistas de Novagaliciabanco (NCG) ensordecían, muy de lejos, con sus pitidos las intervenciones del congreso provincial de Pontevedra, los dirigentes del PP gallego se atrincheraron aislándose de la reivindicación vecinal en el fortín del recinto ferial de Silleda. Feijóo responsabilizó a PSOE y BNG de la situación de los preferentistas, volvió a apelar al arbitraje como solución y se comprometió a trabajar para “devolver el 100% de los ahorros" a los afectados.

 Pero no todos los alcaldes del PP del sur de Pontevedra, la zona más afectada por la colocación de preferentes, creen que la situación está resuelta. El de Oia, Alejandro Rodríguez, no asistió al congreso. “Tuve que arar la finca, abonarla y echar estiércol en las cuadras", explicó a este diario los motivos de su ausencia y se reiteró en su amenaza de abandonar la militancia en el PP, junto con su grupo de gobierno, en cumplimiento de la palabra comprometida hace un mes. El regidor y su grupo decidirán valorando lo que “es mejor para los vecinos”.

La alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, que hace unos días abandonó el pleno que presidía protegida por un cordón policial ante el abucheo de afectados de NCG, contestaba ayer en el blindado recinto de Silleda a cualquier cuestión a los periodistas. Salvo a la de las preferentes. Y el regidor de Ponteareas. Salvador González Solla, que la semana pasada escapaba de los abucheos por una ventana del salón de sesiones junto a sus concejales, insistía en la “presencia de infiltrados radicales” en las manifestaciones mientras apelaba a la solución del arbitraje y la vía judicial. Solla pone a disposición de los afectados los servicios jurídicos del Ayuntamiento.

Mientras tanto, Louzán, que oficiaba de anfitrión en el cónclave que volvió a entronizarlo en la presidencia provincial del PP, insistía desde el estrado en la cualidad democrática de su partido para explicar que “al revés de lo que habría hecho el PSOE, nosotros autorizamos una manifestación en Pontevedra y otra aquí”. Desde la seguridad de un recinto inaccesible y con los estafados retenidos a cientos de metros, los altos cargos del PP repitieron uno tras otro, con la insistencia del orballo que caía fuera, una nueva letanía: “Somos el partido de la calle”, “somos el partido de los ciudadanos", “somos el partido que rescata a las personas”.

Solo Louzán, el presidente del PP lucense, José Manuel Barreiro, de pasada ,y Feijóo aludieron directamente a los preferentistas. Para criticarlos por una parte —“fueron engañados por los que ahora los invitan a venir aquí con la pancarta”— y para compadecerlos, de otra — “nosotros les dejamos visualizar el problema por la estafa”—. Ni el presidente coruñés, Carlos Negreira, ni el ourensano, José Manuel Baltar, ni la ministra Ana Pastor, ni el vicepresidente gallego, Alfonso Rueda, los mentaron. Lejos de ello, el número dos del PP de Galicia centró su intervención en la apología de las dificultades de los políticos en el poder en tiempos de crisis.

Feijóo fue implacable con PSOE y BNG. “Los que se lavaron las manos cuando se emitieron millones de preferentes se las frotan ahora usándolo como arma arrojadiza contra nosotros”, espetó instando a los afectados que permanecían en la calle sin poder rebasar el cordón policial: “Que no olviden nunca quién ignoró los riesgos que asumían, quiénes gobernaban y quiénes se fueron del poder sin arreglar ningún problema”.

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