El verbo cruel de Mintegi
La portavoz de EH Bildu recuerda que ETA asesinó a Buesa por "causas políticas"
Laura Mintegi ha desempolvado el lenguaje militarista del que se acompañaba la antigua Batasuna para justificar el terrorismo de ETA. En el momento más crítico del proceso de paz, coincidiendo con la celebración de un Foro Social en el que la izquierda abertzale y los presos de la banda terrorista han depositado tantas expectativas, la portavoz de EH Bildu ha utilizado la tribuna del Parlamento vasco para zaherir demasiadas conciencias al proclamar con una elocuente falta de sensibilidad que el asesinato de Fernando Buesa se debió a causas políticas.
Con sus intencionadas palabras, que suenan crueles en un escenario de sufrimiento, Mintegi sabe perfectamente que dinamita muchos puentes en favor de la convivencia, aún lejana en Euskadi. Más aún, al verbalizar las razones de ETA ha alentado con razón a quienes nunca dejaron de creer que el abrazo abertzale a las vías políticas era un ejercicio medido de pragmatismo para su legalización. Posiblemente sea lo que el PP quería oír para apuntalar su inmovilismo y, de paso, encontrar la justificación precisa para alejarse de la ponencia de paz tan necesaria como imposible. Sin duda, lo ha conseguido.
En una Cámara de representación democrática, donde a excepción de EH Bildu todos han sufrido durante décadas a ETA resulta insultante hablar todavía de "presos políticos" para referirse a quienes han chantajeado, colocado bombas o apretado el gatillo mortal. La izquierda soberanista lo ha dicho con convencimiento de causa como si aún se mantuviera esquivando la ilegalidad. ¿Es una estrategia puntual o es la expresión consentida? Quienes defendieron en la campaña autonómica que la profesora universitaria Mintegi, aun conocedores de su trayectoria, venía a representar precisamente una imagen menos dogmática y más proclive al entendimiento han sufrido una profunda decepción.
Suspendida convenientemente la ponencia sobre la paz, tiene razón Joseba Egibar al reclamar "paciencia y respeto". Por eso, ante tan triste espectáculo como el vivido en el Parlamento quizá no sea irreal decir que la ansiedad política generada tras la renuncia de ETA a la violencia ha acelerado una búsqueda de la paz sobre bases demasiado carcomidas por la historia reciente. Paso atrás.
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