El BNG subcontrata su política de imagen tras despedir periodistas

La Ejecutiva del BNG aprobó ayer subcontratar a una empresa del sector de la comunicación los trabajos que antes venían desempeñando sus tres periodistas de plantilla a los que ha despedido en el marco de un ERE que pondrá en la calle a 12 de sus 37 trabajadores . Formalmente los empleados de la formación nacionalista aún siguen en plantilla puesto que la dirección les dio vacaciones antes de que se formalice su salida, el 23 de febrero, y mientras el Bloque recurre a esta firma para preparar la “cobertura informativa” de la asamblea nacional que la organización frentista pretende realizar el 17 de marzo. De los cuatro profesionales que trabajaban en el departamento de comunicación del Bloque solo uno continúa en nómina. Fuentes del frente nacionalista sostienen que fue la secretaria de comunicación del BNG, Carme Adán, la que decidió externalizar el departamento de prensa a la espera de reorganizarlo en cuanto se constituya la nueva Executiva y decida sobre la contratación de personal.

En la reunión de ayer nadie concretó la cantidad que va a percibir la empresa de comunicación ni la duración de sus trabajos ni siquiera los criterios para seleccionar a la subcontrata, pero eso no impidió que la Ejecutiva ratificase el acuerdo.Fuentes de la organización sostienen que la empresa nunca va a cobrar "más de lo que cuesta la contratación de un periodista con las condiciones que perciben los profesionales que se han quedado en el Bloque [1.000 euros netos mensuales con catorce pagas] y el coste de la Seguridad Social". 

La idea es que los nuevos periodistas externalizados se pongan a trabajar cuanto antes para diseñar la estrategia de cara a la crucial cita de marzo en la que el Bloque se juega su futuro (tras perder cinco diputados y ser superado por AGE como tercera fuerza en el Parlamento), algo que, según la dirección, del frente no puede hacer la única periodista que sigue en plantilla.

El BNG fundamentó su ERE en la caída de los ingresos derivados de la pérdida de representación institucional y la bajada de las ayudas a los partidos políticos. Ofreció por cada despido un máximo de 25 días y 12 mensualidades, pero sus dirigentes insisten en que la organización no aplicó la reforma laboral que tanto ha combatido en la calle y en las instituciones. Los responsables del partido alegan que los suyos son despidos justificados por la mala situación económica de la empresa y que para estos el Estatuto de los Trabajadores recoge una indemnización máxima de 20 días por año desde 1980.