De Madrid a Barcelona en patinete
Fernando Zendrera recorre 630 kilómetros para dar a conocer el 'footbiker' Es un vehículo a medio camino entre la bicicleta y el patín
Quien durante los últimos días se haya movido por carretera entre Madrid y Barcelona, quizá se haya cruzado con un deportista subido a un vehículo muy particular, a medio camino entre una bicicleta y un patinete. Quien lo monta se llama Fernando Zendrera y desde el pasado 15 de febrero está intentando batir un reto deportivo: recorrer los 630 kilómetros que separan las dos ciudades en menos de cien horas a bordo de este extraño medio de transporte.
Zendrera, catalán de 50 años aficionado al ciclismo, salió el pasado viernes de la capital a bordo de este patinete, que es como una bicicleta pero sin cadenas ni sillín. Le mueve su afán de superación y la necesidad de dar a conocer en España este artilugio, que conoció en 2011 durante una de sus gestas deportivas: la vuelta ciclista París-Brest-París, un recorrido de 1.200 kilómetros que él hizo en bicicleta en casi 90 horas, no sin grandes esfuerzos. Allí conoció a un finlandés, Alpo Kuusisto, que con este patinete tardó tan solo 85 horas.
Zendrera se entusiasmó con este patín de grandes ruedas y comprendió que, al no haber nada parecido en España, podría tener cabida un negocio sin competencia. “He hecho viajes por toda Europa en bicicleta, pero hacerlo en patinete es muy original”, explica. En 2011 se compró el primero y poco después inauguró la tienda virtual Footbiker (www.footbiker.com), donde también tiene un blog en el que narra sus aventuras. Desde entonces, ha hecho las rutas Zaragoza-Barcelona y San Sebastián-Barcelona, que completó en verano de 2012 tras 74 horas a medio correr, medio patinar. La que realiza ahora desde Madrid es la más larga a la que se ha enfrentado y cuenta con un par de dificultades adicionales: hace más frío y hay menos horas de luz que en verano. Para superar este nuevo desafío, su única arma es el duro entrenamiento al que se ha sometido para estar preparado, “Llevo dos meses saliendo a diario con la bici o con el patín, si no, sería imposible”, relata.
Paro lo justo, llevo un saco y si hace buen tiempo, me estiro en un campo un par de horas para dormir
Viaja en soledad día y noche, va muy ligero —agua, algunos bocadillos y un móvil son prácticamente su único equipaje—, y apenas descansa. “Paro lo justo, llevo un saco y si hace buen tiempo, me estiro en un campo un par de horas para dormir, por lo demás voy sin apoyos de ningún tipo”.
Su plan inicial era ir por carreteras secundarias para evitar los camiones que circulan por las nacionales, pero el frío y la falta de cobertura le han obligado a tomar la autovía. Aún así, sus previsiones de llegar a Barcelona en el tiempo estipulado siguen en pie.
Si todo va según lo previsto, Zendrera llegará a su Barcelona natal en algún momento del miércoles y después de descansar, comenzará a plantear un nuevo reto para él y su patinete. “Quiero demostrar que existen y que se pueden hacer viajes de este tipo”, afirma, orgulloso. Más kilómetros, más tiempo y más esfuerzo para hacer un hueco a estos vehículos en el deporte español.
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