#madrid
El preaviso laboral del Papa desdibujó el ‘caso Arturo’, otra estrella emergente en las redes
Salvado por el Papa. Las denuncias que la cadena SER lanzó el lunes al aire sobre supuestos pagos en negro a los asalariados de Arturo Fernández, el presidente de la patronal madrileña, puso a andar en la Red otro caso de ejemplaridad inversa de esos que alimentan el estupor reinante entre sobresueldos, regalos, medias verdades y mentiras completas. El asunto emergía poco después de la última “reflexión” de su jefe directo en la CEOE, Joan Rosell, sobre la poca fiabilidad de la EPA en el cálculo de parados y la propuesta de que los funcionarios poco activos se queden en su casa para ahorrar en papelería, por lo que el caso Arturo estaba llamado a arrasar en la conversación online. Hasta que el papa Benedicto XVI comunicó al mundo que él sí lo dejaba y la cotización de Arturo y los otros sobres comenzó a declinar en el olimpo del trending topic. Ahora que ha decidido tomarse un tiempo para reflexionar, quizá caiga en la cuenta de que esa ayuda que acostumbra a reclamar para los empresarios que crean empleo suele proceder del erario público, allí donde el dinero negro no llega.
¿Cómo fue aquello? Después de practicar a puerta cerrada la agitación interna en el PP, su otro deporte favorito junto al golf, Esperanza Aguirre se dio el martes un baño rápido de transparencia con la retransmisión televisada de la reunión semanal de los populares madrileños en Génova, la misma en la que siete días antes había protagonizado un tenso cara a cara con la alcaldesa Botella a cuenta de la gestión del caso Bárcenas y otros contratiempos. La luz y los taquígrafos dieron poco de sí, así que Aguirre optó por rascar el titular preguntando en un acto público y luego en su cuenta de Twitter a Ana Botella quién había regañado a quién. Efectista, sí, pero no tanto como la última ocurrencia del experto en redes sociales de Génova, que quiso reforzar el destape fiscal de Mariano Rajoy del sábado anterior con un ocurrente #quelaenseñeRubalcaba, en referencia a la declaración de la renta, claro. Un derroche de talento.
Un atleta en el campo. Si de capacidades innatas se trata, esta semana no hay nada que supere en eco en las redes al ejercicio atlético que Cristiano Ronaldo protagonizó el miércoles en el Bernabéu ante el Manchester United. Un salto descomunal previo a un gol de cabeza que encumbró de nuevo al jugador y sacó brillo a la memoria de Santillana, un galáctico de otros tiempos. —@guiomardelser
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