La semana por delante
EL PAÍS recomienda las mejores propuestas culturales y de ocio de la semana
teatro
Pequeño gran Williams
La Casa de la Portera (calle Abades, 24), una de las pequeñas salas de teatro madrileñas más curiosas y mejor recibidas por sus espectadores, ofrece los fines de semana un espectáculo sorprendente, intimista, acongojador y con una mimada dirección e interpretación de Bárbara Lennie, cada vez más reconocida en teatro, cine y televisión, y Santi Marín.
Breve ejercicio para sobrevivir es el nombre que ha dado el director y autor Lautaro Perotti (en otras ocasiones actor), uno de esos sólidos creadores del nuevo teatro argentino (cofundador del Teatro Timbre 4, de Claudio Tolcachir) a su pequeña e inquietante obra basada en No puedo imaginar el mañana, de Tennessee Williams. Ellos son dos actores, cada uno abandonado por sí mismo, con una curiosa relación pseudofraternal, a los que les imposible trabajar porque sus vidas se están resquebrajando. Gran pequeño teatro de actores y un verdadero e intenso ejercicio de estilo.— ROSANA TORRES
poprock
The Soft Pack, la esquiva fortuna
Cuando, en 2009, este cuarteto de San Diego dio el paso que todos les suplicaban (cambiarse el nombre, que como The Muslins, no se les veía mucho futuro) parecía que The Soft Pack tenía el camino expedito para demostrar que eran los mejores en picar de aquí y de allá, pero siempre de las fuentes correctas y en la dosis exacta: en su primer disco homónimo, de 2010, se podían encontrar retazos de Jonathan Richman, Buzzcocks, Strokes, Feelies, DB´s, la new wave inglesa y el college rock estadounidense. Pero no pasó nada. Cosa aún más misteriosa cuando un año después un grupo relativamente similar llamado The Vaccines triunfaba como la coca-cola. El segundo disco de The Soft Pack, de septiembre de 2012, tuvo incluso menos repercusión. El jueves actúan en Moby Dick.— IÑIGO LÓPEZ PALACIOS
clásica
Más allá de los cánones
Podríamos decir que el violonchelo de Matthieu Saglio es un instrumento viajero: se ha ido curtiendo con las músicas del mundo, rompiendo las barreras de lo clásico para adentrarse en los aromas especiados del Magreb, en la sequedad de la cuerda percutida del jazz, en el arco desenfrenado que da vida y locura al tango.
El francés se basta y se sobra, y por eso se presenta los días 15 y 16 de febrero en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares, sin más orquesta que la base musical que va grabando a golpe de pedal. En su viaje titulado Cello solo están los ecos de las catedrales y los claustros, pero también el bullicio de las tascas, el viento que susurra entre las dunas del desierto y la luz de Buenos Aires.
Viene con composiciones propias, pero lo realmente interesante es ver el partido que le saca a un instrumento que parece no tener limitaciones a pesar de su tesitura.— MIGUEL PÉREZ MARTÍN
exposiciones
Arte doméstico
El bodegón, consagrado por las escuelas italianas en el XVI, tiene su origen en los maestros flamencos. Mirado con un recelo histórico por algunos puristas, es, sin embargo un género en el que han explayado Caravaggio, Zurbarán, Velázquez, Cézanne, Van Gogh o Picasso. Osias Beert, Pieter Claesz., Willem Claesz Heda, Floris Claesz van Dijck, Jan Davidsz de Heem y Clara Peeters, son algunos de estos grandes artistas cuya obra estará en la exposición De la vida doméstica desde hoy en la Fundación Juan March.— ÁNGELES GARCÍA
cine
Concha Velasco, la más grande
El Goya de Honor es para Concha Velasco. Y bien merecido. Aunque se le entregó la semana pasada en la Fiesta de los Candidatos, este próximo domingo, en la ceremonia de los Goya, habrá un recuerdo a ese galardón. Pero antes la Academia de Cine (Zurbano, 3) proyecta un breve repaso a su inmensa y sobresaliente filmografía. Porque si la Velasco no hubiera existido, al cine español le habría faltado un enigmático lunar, una mágica sonrisa y dos pedazos de ojos castaños. Y una carretilla de talento. La pucelana nunca ha ganado el Goya (mal, académicos, mal), aunque ha sido dos veces candidata: por Esquilache y por Más allá del jardín. El de Honor intenta reparar tamaño deshonor, hecho que en realidad Velasco repara con su simpatía. En el cierre de ciclo se pueden ver (todos los pases son a las 19.00) el martes Pim, pam, pum... ¡fuego!, de Pedro Olea; Más allá del jardín, también de Olea, al día siguiente, y el viernes París-Tombuctú, que acabó convirtiéndose en el último largometraje de Luis García Berlanga, y en la que Velasco acaba hasta bañando al protagonista, Michel Piccoli. — G. BELINCHÓN
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