A Valencia le sobran taxis

Juan José L.F., de 49 años, con 20 de experiencia como taxista,lleva dos crisis a sus espaldas, la de 1992 y la actual. “Hace dos años sacaba una recaudación de 4.000 euros brutos al mes, hoy no paso de 1.700. Y de ahí tengo que descontar todos los gastos y mantener a la familia”. J.J es uno de los taxistas que este lunes secundó en Valencia la huelga a la japonesa que convocó un grupo de autónomos en protesta por la desregulación del sector. Decenas de conductores convirtieron durante dos horas -de 10 a 12 del mediodía- el número 50 de la avenida de Blasco Ibáñez, sede de la Consejería de Infraestructuras, en improvisada parada de taxis.

“Se junta todo”, agrega J.J, la caída de clientes, los impuestos, el servicio de Valenbisi y los que sencillamente hacen sus trayectos a pie en una ciudad todavía abarcable. Ayer, poco antes de la protesta, este veterano conductor se pasó cerca de dos horas rodando por la ciudad sin que le parase un solo cliente. Es desesperante. “La última semana del mes es criminal”, se lamenta Juan José, “Encontrar un servicio es casi milagroso”. Insiste este conductor en que la bajada de bandera en Valencia es una de las más económicas en relación a otras grandes capitales como Madrid o Barcelona.

La noche ha flojeado bastante “y sobrevivimos gracias a los servicios de hospitales, enfermos con problemas de movilidad y colectivos así”, describe J.J, quien no oculta su desencanto con la Administración. “Su dejadez hacia nosotros es grande. Debería considerarnos transporte público y dejar que nos regulásemos nosotros”, propone el conductor.

“No podemos ganarnos la vida dignamente con los ingresos que nos da el taxi”, corrobora Fernando del Molino, otro de los taxistas que participó de la protesta. “En limpio, el taxista no se está llevando a casa más de 300 0 400 euros al mes”, agrega. Según Del Molino, en época de bonanza se amplió el número de licencias y en plena depresión económica son cerca de 3.000 los taxis que ruedan por la capital, cuando la ratio europea es de 1,7 de estos vehículos por cada 1.000 habitantes. Es decir, habría que retirar un millar de licencias y establecer mejor los días de descanso de los vehículos, que ahora es obligado de dos días. También piden unas elecciones sindicales para aclarar la representatividad de las asociaciones.

La crisis económica les ha golpeado duro porque los taxistas viven mucho de lo que les sobra a la gente y si no tienen dinero, se van en bus, bicicleta o a pie. “No somos caros. Por cuatro euros —precio de la bajada de bandera diurna—, cuatro personas recorren en taxi gran parte de Valencia, a un euro cada uno”, prosigue el portavoz. “No podemos aguantar más porque hay compañeros que están perdiendo todo lo que tienen”, se quejaban muchos de ellos.

El director general de Transportes, Carlos Eleno, tras entrevistarse con las organizaciones profesionales, propuso en ampliar los días de descanso obligatorios de lunes a viernes. Si hasta ahora, los taxistas tenían un día de descanso entre semana, ahora pasará a día y medio. Así, de lunes a viernes, en los meses par, cada día lunes, martes, miércoles, jueves o viernes descansará de seis horas a seis horas del dìa siguiente una quinta parte de las licencias del área de Valencia.

Respecto a los sábados y domingos, se mantendría la situación actual, es decir, descanso alternativo de sábado o domingo.

El sector respondió a Eleno que el próximo jueves volverán a reunirse y “esperamos alcanzar un acuerdo sobre esta propuesta transitoria”, declaró el director de Transportes.