Se atormenta una vecina
Tempestad, con un montaje ligero y juguetón, usa a Shakespeare como pretexto para crear un espectáculo entretenido
Que Sergio Peris-Mencheta tiene olfato de director, se advierte desde la primera escena de este montaje, en el cual, reinterpretando la idea rectora del de Peter Hall que protagonizara John Gielgud, Próspero es el capocomico de una compañía que se dispone a representar tempestad. La escena del naufragio, resuelta con una imaginación y un acabado dignos de Théâtre de Complicité, la humorística selección de intérprete para el único papel femenino en una compañía enteramente masculina y las mutaciones de unos personajes en otros, resueltas a la vista, son buena muestra de la expresiva paleta de recursos que posee el joven director.
De tempestad, canto del cisne de Stratford-upon-Avon, se han hecho puestas en escena mayestáticas (equivalentes a las que se hacían aquí de las comedias mitológicas de Calderón; “habría que hundir un galeón para representarla”, dice el personaje del Director, entre la convicción y la ironía, en la adaptación que nos ocupa) y otras en las que se intenta aclarar el simbolismo de la pieza, que se supone guarda un velado mensaje de su autor. Peris-Mencheta no ha tirado por ahí. Su montaje, ligero y juguetón, usa a Shakespeare como pretexto para crear un espectáculo entretenido, y como reclamo. Interesante, la bilocación que propone para el siempre escurridizo Ariel; y poco sutil, su decisión de convertir a Calibán, versión shakespeariana del buen salvaje, en discapacitado.
Víctor Duplá tiene la figura de Próspero, pero, al cabo, se echa en falta en su interpretación del padre de Miranda el peso que da la edad. En el espacio escénico, bien resuelto (y mejor iluminado por Manuel Fuster), se echa de más el puñado de proyecciones que lo ilustra con imágenes demasiado identificables.
TEMPESTAD. Autor: Shakespeare. Traducción: Manuel Á. Conejero e Instituto Shakespeare. Adaptación y dirección: Sergio Peris-Mencheta. Matadero Naves del Español. Hasta el 20 de enero.
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