La dirección del hospital General de Valencia se reunirá con el comité

"Esto ha servido para algo: el subdirector gerente, José Manuel Iranzo, se reunirá el viernes con nosotros", aseguraba Tomás Aparicio, presidente del comité de trabajadores del Hospital General de Valencia. Lo ha dicho este martes frente a las decenas de trabajadores encerrados en el centro de salud. Esta acción, llevada a cabo desde ayer y con intención de durar 48 horas, se debe, según se ha comunicado desde el comité, a la entrada de una participación privada en la sanidad "que desmantela la sanidad de calidad para todos" y "abre una fuente de negocio a los especuladores de la salud".

Los concentrados creen que el "despiece" de la sanidad pública, en el que se basa el modelo compartido que promueve la Generalitat, hará que la parte asistencial también pase a manos empresariales, tal y como ocurre ahora con la logística (limpieza o catering, por ejemplo). Esta fórmula de gestión "público-privada", según los trabajadores, "no acabará con la falta de liquidez del Gobierno" sino que "arrastrará" a una "peor asistencia y, con casi total seguridad, a un mayor coste económico a medio y largo plazo".

La entrada de empresas privadas mermará la calidad y el acceso a la sanidad pública, según los empleados

La protesta, decidida ayer en asamblea, se ha acompañado a mediodía con una concentración a la que se han sumado decenas de trabajadores. En ella se ha repetido el lema que señala que la "salud pública no se vende, se defiende" y se ha explicado que en la reunión se intercambiarán impresiones sobre el futuro del centro y las condiciones laborales de la plantilla que, al ser un consorcio entre la Diputación de Valencia y la Generalitat, se siente amenazada y "más vulnerable" que el resto de sus colegas.

Entre los que pasarán la noche en el hospital se encontraban Vicente Mora y Miguel Blázquez, un celador y un enfermero en cirugía, que se quejaban de la merma progresiva de beneficios sociales durente sus más de 30 años de experiencia: "Nos han hecho unos desgraciados", se quejaban. "Si el sueldo ya era bajo, ahora nos lo bajan, nos lo amputan, mientras el servicio aumenta porque hay menos trabajadores con los mismos enfermos". "Se han cargado el convenio. Es una privatización encubierta", añadía Blázquez.

El presidente del comité, Tomás Aparicio, también recordó que el diputado socialista Francesc Signes se había comprometido a preguntar en las Cortes si el convenio de los empleados del Hospital General de Valencia se ajusta a la ley. Aparicio insistió en que la decisión del encierro tenía que ver con las "malas sensaciones" que les produce el nuevo consejero de Sanidad, Manuel Llombart, ya que procede de una fundación privada.

Los encerrados también han tenido el apoyo de Mònica Oltra. La diputada de Compromís ha mostrado su "preocupación" por el cambio de modelo en la sanidad pública y ha alegado que "con esta privatización, el PP quiere hacer prevalecer los intereses de unas cuantas empresas, poniéndolos por encima de los intereses de los pacientes, imponiendo un modelo que entrega a aquellos que quieren hacer negocio nuestro futuro y nuestra salud". Por último, Oltra ha subrayado la disposición de la coalición para colaborar con los trabajadores.