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Tarragona inaugura su sala más grande

El nuevo teatro compartirá programación con el Metropol

Fiesta de inauguración del Teatre Tarragona, la sala más grande de teatro de la ciudad.
Fiesta de inauguración del Teatre Tarragona, la sala más grande de teatro de la ciudad.JOSEP LLUIS SELLART

Tarragona inauguró ayer la sala de teatro municipal más grande de la ciudad, con capacidad para 700 espectadores, mediante un espectáculo de música, danza y teatro dirigido por Sergi Guasch, un joven director de la localidad. El teatro Tarragona, ubicado en la Rambla Nova, alzó el telón tras cuatro años en obras, muchos más en desuso y una inversión de ocho millones de euros. El espectáculo inaugural se inició en plena calle con fuegos artificiales y una marcha de antorchas. Ya dentro del teatro, la compañía de danza Plan B representó un fragmento de su montaje Les criatures de Prometeu. Después diversos actores y actrices, como Muntsa Alcañiz, Mercè Anglès, Fermí Fernandez o Oriol Grau, realizaron una lectura dramatizada de textos sobre el arte teatral y el oficio de actor. La velada finalizó con un recital del barítono àngel òdena junto a la orquesta Camerata XXI.

El nuevo teatro de Tarragona, es un edificio de nueva planta obra del arquitecto Xavier Climent, con un escenario de 220 metros cuadrados, foso para músicos y camerinos para treinta artistas. Estas dimensiones permitirán dar cabida a montajes que hasta ahora tenían dificultades para escenificarse en el otro teatro público de la ciudad, el Metropol, de estructura más modesta. De hecho, ambos compartirán espectáculos a partir de febrero, porque el Teatro Tarragona aún no tiene programación específica asignada.

El vestíbulo del nuevo equipamiento está teñido de dorado, algo que le confiere un aire kitsch. Su inauguración, largamente esperada en la ciudad, fue calificada por el alcalde, Josep Fèlix Ballesteros (PSC), de “milagro” en un contexto de crisis como el actual. Pero no solo por eso; el Teatro Tarragona acumula varias vidas, siempre ligadas a la cultura, y en las últimas décadas el infortunio había frenado todos los intentos por revitalizarlo. Allí donde ahora resplandece un edificio nuevo, en 1924 se alzó una sala que hasta la década de los ochenta se dedicó preferentemente al cine, aunque también se programaron espectáculos de variedades o conciertos. El Ayuntamiento la adquirió en 1994, pero después tuvieron que negociar con el Ministerio de Defensa para comprar un terreno aledaño y por el camino la constructora de las obras quebró. El acto sirvió para clausurar la Capital de la Cultura Catalana. El viernes la sala acogerá la velada literaria de la Nit de Santa Llúcia, que organiza Òmnium Cultural.

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