El sector catalanista pide la “reconstrucción” del PSC
Una declaración censura el “vertiginoso declive” y situación de “orfandad” del partido
El sector más catalanista del PSC vuelve a la carga y ha redactado una declaración en la que reclama la “imprescindible y urgente reconstrucción del proyecto político” del partido que fundó Joan Reventós y que Pasqual Maragall llevó a sus cotas más altas. Los impulsores consideran que las últimas elecciones han confirmado “el vertiginoso declive” del PSC y recuerdan que de los 52 diputados y 1.183.299 votos (38,21%) del año 1999 se ha pasado a 20 escaños y el 14,43% de las papeletas en la última consulta.
La consecuencia de todo ello, dicen, es que el PSC “ha perdido su condición de alternativa de Gobierno” hasta el punto de equipararse a ERC y todo ello provoca “un vacío político extraordinario”, así como “una sensación de orfandad en la mayoría social progresista que existe en Cataluña” y especialmente entre los socialistas.
Entre los impulsores de la declaración están los exconsejeros Marina Geli y Antoni Castells; el alcalde de Lleida y diputado electo Àngel Ros; la eurodiputada Maria Badia y los también miembros de la ejecutiva Daniel Font, Jordina Freixanet o el exalcalde de Reus Lluís Miquel Pérez. Esta declaración política es la continuación de otra que hicieron pública los mismos impulsores en plena precampaña electoral. La dirección del PSC interpretó aquello como un deseo de asegurarse una presencia en las listas electorales, pero el sector catalanista replica que esa lectura es equivocada.
“Estamos ante la génesis de un proyecto político ciudadano que ha de sobrepasar el PSC y que, llegado el momento, se deberá plantear si se presenta a las elecciones”, asegura uno de los impulsores. “Esto no es una corriente de opinión dentro del PSC, es algo que va más allá”, añade, para desmarcarse de Avancem, la corriente impulsada por el exalcalde de Vilanova i la Geltrú Joan Ignasi Elena.
La declaración, titulada "Por la reconstrucción de la izquierda en Cataluña", plantea la necesidad de que ese nuevo proyecto político de izquierdas que se reclama sea capaz de aglutinar a la “gran mayoría progresista” del país, que constituya verdadera alternativa de Gobierno y que sea “de obediencia estrictamente catalana, al servicio únicamente del pueblo de Cataluña”. Es decir, que marque más distancias con el PSOE de lo que ocurre ahora.
Los impulsores creen que la actual dirección liderada por Pere Navarro vive un proceso de “bunkerización” y que no muestra ninguna sensibilidad a otras corrientes de opinión del partido. En este sentido se desmarcan de Navarro, quien dijo que la consulta soberanista no es una prioridad de esta legislatura.
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