El Museo Marès estrena director y exposición

El nuevo director del Museo Marès, el historiador del arte Josep Maria Trullén, se presentó en público ayer, junto con la nueva exposición temporal, La Barcelona irreverente,que se podrá visitar hasta el 26 de mayo. Trullén llega al museo que dirigió durante 17 años Pilar Vélez, desde el pasado mayo al frente del Dhub, tras la profunda reestructuración que lo ha dotado de una museografía moderna y una serie de recursos, como la nueva web, que le permiten plasmar un programa ambicioso, a pesar de la difícil coyuntura económica.

 “Aprovecharemos la familiaridad del público con los objetos que componen las colecciones del Museo Sentimental para ponerlas en valor con actividades que favorezcan el acercamiento del visitante local”, aseguró el director. Sin embargo, su gran apuesta es la internacionalización del centro, para situarlo en el lugar que se merece en el ámbito de los museos creados por coleccionistas privados, recopilando objetos de lo más variado y no solo obras de arte.

“La tradición de coleccionistas como Rusiñol, Cambó o Godia nos avala, por eso queremos impulsar una red europea de museos con nuestras mismas características. También contamos con la complicidad del escritor turco Orhan Pamuk, conocedor y amante del Museo Marès, que acaba de crear en Estambul el Museo de la Inocencia, donde plasma su propia crónica sentimental”, indicó Josep Maria Trullén, quien dirigió el Museo de Arte de Girona en los últimos cinco años.

Las exposiciones temporales mantendrán las dos líneas marcadas por la anterior dirección: por un lado, muestras de investigación propia y, por el otro, propuestas en diálogo con creadores contemporáneos, que iniciaron con una exhibición del fotógrafo Domi Mora y continuarán con un cortometraje que el cineasta francés Javier Vilató, hijo del artista homónimo, sobrino predilecto de Picasso, está rodando en el museo.

En cambio, La Barcelona irreverente, que se inauguró anoche, es un típico ejemplo de las muestras de investigación mencionadas por el director. Para llevarla a cabo han sido necesarios más de cinco años de investigación, a partir de la Donación Pallejà, un amplísimo fondo de documentos y objetos del Niu Guerrer, una entidad recreativa barcelonesa que tuvo gran incidencia ciudadana en la segunda mitad del siglo XIX. Según el comisario Jordi Pablo, impulsor del Archivo Festivo de Cataluña, la importancia de estas agrupaciones espontáneas fue mucho mayor de lo que se cree, e incluso contiene el embrión de aquella libertad creativa y ansia de experimentación que se plasmó posteriormente en el modernismo. “La verdadera exposición está en el CD que acompaña el libro, en la sala del museo tan solo hay un aperitivo de las diversas secciones y un ejemplo del material que se habría podido exhibir si hubiéramos tenido 1.000 metros cuadrados y un presupuesto mucho mayor”, indicó Pablo, uno de los mayores expertos del patrimonio inmaterial de las fiestas populares catalanas.