El área metropolitana hunde a Mas

Si CiU quiere encontrar la explicación de la debacle que sufrió ayer, el área metropolitana de Barcelona es un buen lugar para buscar respuestas. El hundimiento de la coalición nacionalista en todas las grandes ciudades que rodean Barcelona fue de tal magnitud —entre 10 y 14 puntos porcentuales— que la única conclusión posible es que la apuesta soberanista que el presidente Artur Mas adoptó tras el 11 de septiembre le ha costado a CiU cerca de un tercio de los votos en una zona, el antiguo cinturón rojo, en la que la federación nacionalista había necesitado más de dos décadas en lograr un peso electoral significativo.

Sea por los recortes o por el rechazo a la independencia que reina en zonas mayoritariamente pobladas por catalanes llegados del resto de España hace medio siglo, la sangría de votos sufrida por CiU —sumada a la pérdida de votos sufrida por el PSC— alimentó sobretodo a tres partidos en apariencia muy distintos: Ciutadans, Iniciativa per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya.

El primer partido, liderado por Albert Rivera, fue el gran beneficiado de unos comicios en los han doblado holgadamente los resultados de las elecciones autonómicas de 2010. El PP, en cambio, apenas registró cambios significativos en una zona en la que aspiraba robar muchos votos a los socialistas, mientras ERC registró notables crecimientos de entre uno y seis puntos porcentuales en la mayoría de las localidades.

Los socialistas siguen cayendo en lo que fue su principal bastión

El desplome de la federación nacionalista y las subidas de Ciutadans, ERC e ICV se repitieron de forma asombrosamente regular tanto en la primera corona metropolitana —L’Hospitalet, Badalona, Esplugues...— como en la segunda —Terrassa, Mataró, Sabadell...—.

En L’Hospitalet, segunda ciudad catalana, CiU se desplomó del 24,7% hasta el 14,3% de los votos, mientras los socialistas perdieron cinco puntos hasta el 24,8%. Con el PP manteniendo su apoyo en torno al 18%, Ciutadans se disparó del 4% al 10% de los sufragios e ICV del 8% al 13%.

Las cifras bailaron de forma parecida en Badalona, localidad gobernada por el popular Xavier García Albiol. CiU perdió casi 12 puntos (del 31% al 19%) y el PSC apenas tres (hasta el 19,5%), mientras Ciutadans e ICV lograron saltar de cerca del 4% a más del 10% de los votos.

En Esplugues y Cornellà de Llobregat se mantuvo la tónica: desplome de 10 puntos porcentuales de CiU, notables pérdidas del PSC —entre tres y seis puntos—, mientras Ciutadans saltó de cerca del 4% a aproximadamente el 11% de los sufragios. ICV, por su parte, casi dobló sus resultados, mientras ERC también logró avances significativos.

El mayor desplome nacionalista se produjo en Terrassa, la ciudad de cuya alcaldía salió el candidato del PSC, Pere Navarro. CiU pasó del 37,4% de los votos en 2010 al 24,7% de ayer, mientras el PSC subió tres puntos y medio hasta el 23,5%. El PP se dejó uno de cada 10 votos mientras ERC y Ciutadans doblaban su apoyo. El avance de ICV, que pasó del 8% al 10% de los sufragios, fue más modesto.

Sabadell, la otra gran ciudad del Vallès, mantuvo la misma tendencia: fuerte desplome de CiU —del 36,9% al 26,1%—, caída del PSC —del 21% al 18%—, notable subida de ICV —del 9% al 12%— y despegue total de Ciutadans y ERC, que pasaron del 3,6% al 9% y del 5,8% al 11,9% de los sufragios, respectivamente.

En la otra gran ciudad de la segunda corona metropolitana, Mataró, la sangría de CiU también le costó más de una cuarta parte de los votos. Pasó del 38,4% al 28,2%, mientras el PSC apenas perdió dos. En este caso fueron otra vez Ciutadans, que triplicó su apoyo, ERC, que lo dobló, e ICV, que pasó del 7,04% al 9,24%, los que recogieron los frutos.