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El propietario del edificio de la sala Apolo desoyó órdenes municipales

El distrito requirió atajar la corrosión del sótano hace dos años

Blanca Cia
Operarios sacando material de conciertos de la Sala Apolo clausurada temporalmente desde el jueves
Operarios sacando material de conciertos de la Sala Apolo clausurada temporalmente desde el juevesCARLES RIBAS

Los problemas del sótano del edificio que alberga la sala Apolo —y otras actividades, como un restaurante— se detectaron hace dos años y el Ayuntamiento de Barcelona abrió un expediente y requirió al propietario del inmueble que los subsanara. No lo hizo, fue multado con una sanción de 1.200 euros y rehuyó a los técnicos del distrito en varias ocasiones, según la versión municipal. Hasta el jueves pasado, día en el que los técnicos, acompañados por los bomberos inspeccionaron el sótano de 1.400 metros cuadrados —en presencia del propietario —y ordenaron el cese de actividad de la sala Apolo por razones de seguridad. “No había riesgo de colapso pero era necesario evitar que cada fin de semana más de mil personas bailaran y saltaran en la sala Apolo”, matizaba un portavoz municipal. El cierre temporal ha provocado la suspensión de los espectáculos y de la discoteca este fin de semana mientras que los gestores del local trabajaban a contra reloj para reubicar los conciertos programados en otros locales.

La Sala Apolo no tiene acceso al sótano en cuestión. Se trata de un espacio de unos 1.400 metros cuadrados cuyo uso fue cedido durante décadas a unos talleres de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB). En 2010, cuando todavía estaban los talleres, TMB comunicó al distrito que había problemas de humedades y corrosión. Ese mismo año se produjo una inspección que concluyó con un requerimiento a la propiedad para que reparase los problemas de corrosión de las columnas y el forjado de la losa sobre la que reposa la sala Apolo. Los problemas en ese momento no eran graves. En marzo de 2011, TMB renuncia al uso del sótano. Fuentes municipales señalaron que el propietario del edificio se negó entonces a realizar los trabajos y posteriormente ha esquivado los requerimientos de los técnicos municipales que quería volver a entrar en el sótano.

La propiedad, sin embargo, sí encargó un dictamen a un arquitecto para saber qué intervención se necesitaba y el presupuesto, según explicaciones de los gestores de la Sala Apolo que el viernes  mantuvieron una reunión con el arquitecto y representantes de la propiedad del inmueble. “A nosotros nos preocupa mucho lo que ha ocurrido y nos interesa la máxima celeridad en que se arregle”, concreta Alberto Guijarro. El concierto previsto para este sábado de Micah P.Hinson se ha reubicado en la sala Razzmatazz y trabajaban en la localización de otras soluciones para otros espectáculos con la confianza de que la provisionalidad no vaya más allá de un mes. Todos los cambios se publicitarán en las redes sociales en las que ha cundido ya la alarma por el cierre —temporal —y se ha creado una plataforma “Salvem la sala Apolo” con más de 700 fans.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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