El BNG rompe con Orozco pero advierte de que cerrará el paso al PP
El alcalde deja la puerta abierta al retorno de los nacionalistas a su gobierno
“Hay un pacto de gobierno, y a pesar de que ya no tenemos el socio con el que lo firmamos, procuraremos mantenerlo, porque cuando lo suscribimos éramos conscientes de lo que firmábamos”. Con estas palabras, el alcalde de Lugo, el socialista Xosé López Orozco, que desde ayer gobierna en minoría, dejaba las puertas abiertas a un posible retorno de los nacionalistas al ejecutivo de la ciudad, siempre que el regidor esquive su imputación judicial en el caso Pokémon.
La asamblea local del BNG decidió en la noche del martes, por 38 votos contra 12, abandonar el gobierno local tras la negativa de Orozco a dimitir pese a que la juez del caso, Pilar de Lara, le ha llamado a declarar hoy como imputado por los presuntos delitos de cohecho y tráfico de influencias. “El BNG tiene un código ético en las instituciones según el cual los cargos públicos que son imputados con acusaciones de este tipo abandonan de inmediato sus cargos para preservar las propias instituciones y a los propios ciudadanos”, explicaron ayer los nacionalistas en un comunicado leído en su sede por el responsable local, Alexandre Penas, que no admitió preguntas. La declaración también tenía como destinatario al PP, el grupo mayoritario con 12 ediles frente a los 11 del PSdeG y los dos nacionalistas: “Abandonamos el gobierno de la ciudad y con la coherencia que nos caracteriza seguiremos siendo exigentes y contundentes a la hora de desarrollar un proyecto positivo para la ciudad y el país, lo cual significa que desde luego no vamos a favorecer el acceso del PP al gobierno”.
La postura de los nacionalistas no pilló de sorpresa a los populares, cuyo portavoz, Jaime Castiñeira, se lamentó de que “mientras el BNG no permita gobernar a la lista más votada, seguirá apoyando al alcalde”. “Es un paripé, prefieren dar su apoyo a una persona que perdió su confianza antes de dejar de gobernar a quien ganó las elecciones”, afirmó Castiñeira.
Orozco se mostró conciliador con sus hasta ayer socios pese a la ruptura. “Lo siento por dos motivos, uno político y otro personal”, explicó el alcalde. “Después de unos meses de convivencia siempre se establecen relaciones humanas importantes que ayudan a que se pueda llevar a cabo la acción de gobierno”. Orozco ya se apresuró ayer a repartir las responsabilidades de gobierno que tenían los nacionalistas entre los concejales del PSdeG.
La Operación Pokémon ha tumbado, de momento, dos gobiernos bipartitos en Galicia desde que el 20 de septiembre comenzaran las detenciones de un caso que investiga el supuesto cobro de comisiones por la adjudicación de contratos públicos. El anterior fue el de Ourense, cuyo alcalde, el socialista Francisco Rodríguez, también dimitió tras ser detenido y quedar en libertad bajo fianza.
Orozco está citado hoy a las cinco de la tarde en el Juzgado de Instrucción número 1 de Lugo por la magistrada Pilar de Lara. La cita judicial ha obligado a suspender el pleno sobre el estado del municipio, que estaba convocado para esta mañana. En su lugar, el alcalde irá a misa a la catedral, a las 11,30, antes de su cita judicial. Según informó el Ayuntamiento, será para celebrar el día de Santa Cecilia, patrona de los músicos.
“Nada hice. Me voy a presentar con entera tranquilidad ante la jueza para que, en la labor que tienen los jueces, investigue, clarifique, no ya solo por el caso que está investigando sino también a mi persona. Por eso no tengo, absolutamente ningún temor y eso da mucha fuerza, mucho ánimo y mucha tranquilidad”, subrayó ayer el alcalde en el salón de plenos, donde volvió a comparecer arropado por todos los concejales socialistas. que se distribuyen las áreas de gobierno que dejan los nacionalistas. Desde fuera de la corporación, Esquerda Unida pidió nuevas elecciones municipales ya que, a su entender, el Ayuntamiento de Lugo se encuentra “en estado de excepción”.
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