Tesoros escondidos
El trío Arbós inicia la sección Primicias en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
La serie de 12 conciertos que se desarrolla en el Auditorio 400 del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía es la única de las que organiza en Madrid el Centro Nacional de Difusión Musical que tiene carácter gratuito. No quiere decir que tenga una oferta de saldo. Al contrario. Varios de los conciertos tienen un interés superlativo. El de ayer, del trío Arbós, sin ir más lejos. Con esta cita comenzaba la sección Primicias que, curiosamente, arropa la mitad de los conciertos de esta serie.
TRÍO ARBÓS
Obras de Nikolai Kapustin, Georges Aperghis (estreno mundial) y Maurice Ravel. CNDM. Series 20/21. Sección Primicias. Centro de Arte Reina Sofía, 5 de noviembre.
El foco principal de atracción estaba en el estreno mundial de Trío, primera obra para violón, violonchelo y piano del compositor griego Georges Aperghis, dedicada al trío Arbós y comisionada por la Fundación BBVA. No defraudó, ni en su estructura juguetona ni en el nivel de calidad interpretativa. El trío Arbós, cuyo origen se remonta a 1996, sabe lo que se trae entre manos. Demostró dominio, sensibilidad y compenetración para mantener en todo momento las energías puestas en juego. Juan Carlos Garvayo es un pianista excepcional, Miguel Borrego un violinista que no se queda a la zaga y José Miguel Gómez da lo mejor de sí mismo en piezas tan complicadas y sutiles como la de Aperghis.
Antes, habían realizado una lectura llena de espontaneidad del jazzístico Divertissment, opus 126 del ucraniano Kapustin, tan predispuesto siempre a incorporar los ecos del swing en sentido amplio a sus composiciones. Después vendría el fascinante Trío en la menor de Ravel, una obra de 1914 que vuelve a enamorar cada vez que se escucha en su combinación de evocadora melancolía y lúcida serenidad. El trío Arbós la bordó. Hasta tal punto que sobró la propina.