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La doble vida de los objetos

El Museo de Artes Decorativas exhibe una selección de piezas elaboradas por finladeses Todas ellas comparten esencia y objetivo: impacto mínimo en el medio ambiente y durabilidad

La bicicleta Jopo, uno de los iconos del diseño finlandés de los sesenta ahora renovado.
La bicicleta Jopo, uno de los iconos del diseño finlandés de los sesenta ahora renovado.CARLOS ROSILLO

La campaña tuvo un éxito rotundo. Pese a que partía de la base de una petición un tanto peliaguda: que todos los diseñadores del país dejaran de diseñar sillas durante un año para demostrar que ya hay bastantes en el mundo. Esto solo se puede pedir en un país seguro de sí mismo en cuanto al diseño como Finlandia, que lleva décadas de ventaja al resto en aspectos como ecologismo y sostenibilidad. Aún así, la invitación no era fácil porque cualquier diseñador que se precie tiene no una, sino varias sillas en su currículum y cuando se da en el clavo es una pieza que aporta mucho pedigrí. El caso es que todos los implicados acataron la propuesta disciplinadamente y el ingenio que invertían en crear una silla lo usaron sobre las piezas ya existentes. Esto tiene un nombre: reciclar. La campaña No Chair Design, con su ocurrente cartel, forma parte de la exposición NowHereFinland 2012 Diseño ecológico finlandés, que tiene lugar en el Museo de Artes Decorativas hasta el 20 de enero de 2013.

El origen de la exposición partió de una convocatoria del Gobierno finlandés y de asociaciones de artesanos, tan atentos todos a mimar el diseño y maestros en crear conciencia pública, en la que se invitaba a los artistas a crear objetos. La puntuación se centraba en el mínimo impacto de los productos sobre el medio ambiente, las materias primas empleadas, el proceso de producción y fabricación y su vida útil. Se presentaron 150 artistas y se seleccionaron 47, cuyas piezas desde lámparas, joyas, ropa, incluso un par de ataúdes, fueron realizadas con materiales reciclados.

En una de las salas de la planta baja del museo, entre bellos cuencos de barro cocidos en horno de leña como los de antes o de objetos de lana que apenas necesitan ser lavados y sirven para cualquier temporada, destaca un ataúd (que no lo parece) de madera encolada. Y no tiene ningún tornillo. Según explicó Eva Hannikainen, una de las organizadoras de la muestra, uno de los problemas ahora en Finlandia es que los actuales ataúdes no se funden con la tierra. “La idea es que desaparezcan y vuelvan a la naturaleza, que es de donde procede, como el resto de todos nosotros”, sonrió. El ataúd Autere, de Tuula Leppämäki, de líneas depuradas, más parecido a un arcón que a un ataúd convencional, adquiere otra utilidad, servir de banco en casa “mientras se está vivo”, ironizó.

El plato Jää, de Kati Kainulainen es un buen ejemplo de cómo el cristal de una ventana puede acabar convirtiéndose en un bonito objeto. El proceso de producción fue simple: separar el vidrio del marco, lavarlo y dejarlo secar. Luego se rompió en pedazos y se colocaron en un molde de cerámica para fundirlos y darles esta nueva forma.

Los jabones Aamumaa con huellas de animales en peligro, hechos a base de oliva y manteca de karité y coco, “nos recuerda que cada día dejamos una huella sobre nuestra actividad y vida”, reflexionó Hannikainen. El objetivo de la autora, Kristiina Nevakivi, era crear un regalo o recuerdo ecológico que transmitiera una emoción positiva y alegre con elementos de la naturaleza frágiles y en peligro de extinción.

Hasta de las piedras sale la luz. Kari Alonen cogió una piedra natural, la partió por la mitad y en su interior colocó un vidrio iluminado. El efecto que crea es un ambiente suave. Y su mensaje está claro, es un diseño que atenta contra la ilógica cultura de lo desechable: el vidrio es reciclado, los materiales eternos y naturales y el proceso de producción ecológico. “Una de las cuestiones ahora en debate es que los objetos que ya no cumplen su función no tienen por qué convertirse en basura y un objeto viejo puede tener otra vida”, explicó Mikko Oikari, comisario de la exposición. Es la misma idea que intenta transmitir Satu Bethell y su almohada de reflexión fabricada a base de bolsas para el pan y de plástico usadas. En el fondo, escribe la autora, “reside la preocupación por nuestro planeta, lleno de plástico y basura”. De ahí su almohada. Un objeto para pararse a pensar sobre los límites de los recursos y la doble o triple vida de los objetos.

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Exposición NowHereFinland 2012 Diseño ecológico finlandés. Museo de Artes Decorativas. Montalbán, 12. Hasta el 20 de enero de 2013.

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