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crítica | danza

Cuerpos con voz

Los tres creadores e intérpretes de estos tres solos pertenecen a la compañía Provisional Danza y se nota su sello

Los tres creadores e intérpretes de estos tres solos pertenecen a la compañía Provisional Danza. De alguna manera no explícita, el sello y el estilo de la agrupación y de su directora, Carmen Werner, se sienten en los trabajos, muy distintos entre sí, tratando de individualizar expresión y estructura.

Un solo es tan difícil o más que un dúo, un trío o una pieza coral. En el monólogo de danza se admite la intención teatral y más o menos, el artista se despliega según sus posibilidades. ES siempre arte de lucimiento, pero también, como en estos tres casos, de introspección y búsqueda.

Ricardo Santana se refugia en un humor socarrón y casi provocativo; juega al hastío y a la crítica ácida con el texto y los primeros cinco minutos de teoría del solo dentro del solo de otro solo, es tan descacharrante como cierta: hay muchos que se pierden en sus discursos.

Sendarrubia también usa de un humor al final, menos expansivo y controla su físico a la perfección. A veces parece que el falta algo de alma en la intención, como si su estructura, una caja de música casi perfecta, careciera de la última resonancia. La idea del violinista callejero sin ser muy original que digamos, está bien explotada, habla de algo real, dramático y cotidiano.

Lo mejor de la noche fue Sangrós con una explosión de rabia contenida, una variación modulada de manera circular y expuesta desde un lirismo mortecino u oscuro. Lo ayudó la precisa iluminación.

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