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ELECCIONES 21-O

La difícil expansión de UPyD

Álava, su único feudo La suerte del partido, en manos de Rosa Díez

Rosa Díez y Gorka Maneiro en un acto de campaña en Bilbao.
Rosa Díez y Gorka Maneiro en un acto de campaña en Bilbao.Alfredo Aldai (EFE)

Rosa Díez, la política más valorada de España; en Sodupe (Bizkaia), su pueblo, como mucho la ignoran. La cara y cruz, allí y aquí, de UPyD, un partido en manos de su presidenta, que en ausencia de ETA se juega su razón de existir en una Euskadi de holgada mayoría nacionalista.

“Para lo bueno y lo malo, en UPyD dependemos de Rosa”, admite un miembro de esta joven formación, consciente de la condición de guía espiritual de esta diputada, ahora por Madrid, de hondo calado mediático y, antes, consejera del Gobierno Ardanza, en la coalición PNV-PSE, del que se vio obligada a salir entre lágrimas.

Ahora, esta joven formación suspira por revalidar su único escaño en el Parlamento vasco, en la única circunscripción posible, Álava, un territorio abonado a cuestionar fácilmente “por débiles” las políticas lingüísticas del Gobierno vasco (PSE) y antiterroristas del central (PP).

“Los desencantado socialistas y populares son nuestros votantes”, reconocen desde UPyD, que sitúan en “cerca de seis mil” la cifra de votos para mantener en la Cámara a Gorka Maneiro (San Sebastián, 1974), un diplomado en Ciencias Empresariales y estudiantes de Ciencias Políticas, euskaldun, y que abandonó el PSE en 2007 tras cinco años de militancia. Su colaboración con Basta Ya! le puso en contacto con Carlos Martínez Gorriarán, sobre todo, y Fernando Savater, el núcleo ideológico de UPyD que le proyectaron como referencia del partido en las sucesivas apuestas electorales desde el País Vasco.

Desencantados del PSE y del PP, los votantes en los que Maneiro confía para repetir

Con el paso de los años, este partido todavía reconoce su incapacidad para precisar la procedencia exacta de sus votos, pero, sin embargo, lamenta que “los errores de los Gobiernos en Madrid y en Euskadi” no les hayan proporcionado un mayor respaldo. Su afiliación crece como un encefalograma plano, y en el partido prefieren no entrar en cuestiones de cifras, conscientes, eso sí, de que Álava, y en concreto Vitoria, es el único terreno abonado. En esta capital no aprecian rechazo a sus duros mensajes. “Los que se acercan son porque te conocen”, añaden.

“Pensábamos que el PSE-EE iba a actuar con más contundencia en materia lingüística, con más defensa de los abusos del euskera y que se atrevería a desmontar todo el enchufismo que dejó el PNV, pero no ha sido así”, critican desde UPyD, satisfechos de haber incorporado a Consuelo Ordóñez, Rubén Múgica y Niko Gutiérrez, ex socialista.

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