Un guiñol con aire trágico

Experimento de teatro-danza muy cercano al texto que lo inspira de la dramaturga mexicana Berta Hiliart, la pieza comienza crudamente con una poética del insulto que puede confundir al espectador. Es una denuncia de la violencia en todas sus fases y posibilidades, algunas más evidentes y crudas que otras, pero todas reprobables. Con varios recursos, algunos artesanales y otros más tecnológicos, se dibuja un aire trágico.

La lectura de estadísticas pone al público en ascuas: violencia entre adolescentes, con las mujeres, el drama del acoso escolar, la exclusión del diferente. Todo está contado con una casa de muñecas y unos títeres de trapo gigantes, a escala casi humana, con los que se coreografía lamento y denuncia. La estética en blanco y negro puntúa la gravedad del planteamiento, donde se van formando cuadros en dos planos, ninguno de ellos real, pues ronda una muerte pasada y muy presente. Esas escenas con Ken y Barbie por los suelos completan el guiñol.

Lo mejor de la función es sin dudas la contribución desenfadada a la vez que muy profesional de Dnoe LaMiss. Ella canta un emotivo rap propio donde no falta el coro de ritmo ancestral. La obra estará en el cartel de la sala de la calle de la Reina hoy día 7 y los próximos 14, 21 y 28 de este mes.