“Seguro que no ha sido por la pelea con gitanos”
Los padres del niño desaparecido descartan que tenga que ver con un altercado con otros niños
Nada más atravesar la puerta de la casa de Michaella y Gigi hay un cirio anaranjado ardiendo sobre un mueble. Detrás, fotos de Jesucristo y de su hijo Gabriel, de 12 años y desaparecido desde el pasado lunes. La vela “siempre está ahí”. La novedad, son las fotos del niño, del que el Cuerpo Nacional de Policía sigue sin tener noticias cinco días después de que se perdiera el rastro.
En el salón de la modesta vivienda se apiñan los familiares moviendo inquietos las piernas. Una espera interminable “sin tener noticias del niño, que salió a jugar vestido con un pantalón corto y camiseta”, describe una de las tías del menor y quien mejor domina el español. Su padre, de mirada azul, no culpabiliza a nadie y cerca de las lágrimas solo pide que aparezca para irse “lejos y olvidar todo”.
El niño se llama Gabriel, tiene 12 años, es de nacionalidad rumana y lleva cinco años viviendo en España. Falta de su casa, en el distrito madrileño de Vicálvaro, desde el pasado lunes 24 de septiembre por la tarde. Es “rubio, de ojos azules y 1,50 de estatura, y tiene una mancha de nacimiento en el cuello y una cicatriz vertical en la nariz, fruto de una caída”.
La denuncia fue interpuesta ese mismo día por la noche en la Comisaría de San Blas, según la Jefatura Superior de Policía de Madrid, que ha activado el protocolo específico de menores desaparecidos. Los familiares no quieren relacionar su desaparición con una discusión que mantuvo el pequeño con otros niños el pasado jueves en el parque de la Vicalvarada, muy cerca de su casa. “Fue una pelea con unos chicos gitanos y los gitanos nunca hacen daño a los niños. No creemos que hayan sido ellos”, dicen con mucha insistencia.
El domicilio familiar es un bajo en el subsuelo de la calle de Villablanca, “a unos 5 metros del parque de la Vicalvarada”, donde el niño salía a jugar habitualmente y “nunca tardaba más de dos horas” en volver, según la prima, que lo ha descrito como “un niño tranquilo y tímido, que no se metía en problemas”.
Sin embargo, “cinco días antes, el día 20 de septiembre, de la desaparición, tuvo una pelea en el parque con un niño español que le había pegado en ocasiones anteriores”, lo que motivó un altercado entre el padre del menor desaparecido y el del otro niño, que supuestamente le agredía, ha continuado la prima.
Siempre según este familiar, el progenitor de este último reunió a un grupo de “unas 30 personas, que rodearon su casa con perros y bates”. Ellos aseguran que lo único que pretenden es que aparezca el menor y mudarse de barrio.
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