Novagalicia busca capital con la venta de su parte de la AP-9

Vender. Ese es el mandato que Novagalicia Banco ha dado a los gestores de la cartera industrial, que poco a poco se va quedando sin las joyas que acumulaban las cajas de ahorros gallegas. La última operación en el disparadero es Itínere, una de las mayores concesionarias de autopistas del país, de la que Novagalicia posee el 23,76% y que está controlada por el grupo estadounidense Citi.

La sociedad ha convocado una junta extraordinaria para el próximo día 25 que contempla una ampliación de capital de 945 millones de euros “a través de compensación de créditos o aportaciones dinerarias”, para equilibrar sus cuentas, lastradas por la caída de ingresos y por deudas que suman casi 3.000 millones. Itínere explota en Galicia la Autopista del Atlántico (Audasa), los tramos Coruña-Carballo y Puxeiros-Baiona de Autoestradas de Galicia y el vial Santiago-Lalín. Además gestiona otras tres autopistas en León, Burgos y Tudela.

Después de esta ampliación, según fuentes financieras, se llevaría a cabo la venta. Novagalicia admite el interés en esta operación siempre que se cumplan dos condiciones: “Que haya una buena oferta y que el comprador vaya aportar valor a largo plazo al proyecto, como ha ocurrido hasta ahora en las desinversiones que hemos ido realizando”. Lo que no confirman en la entidad nacionalizada es transformarán las deudas que Itínere tiene contraídas con las antiguas cajas en capital. Los últimos créditos firmados por Caixa Galicia y Caixanova con Itínere se suscribieron pocas semanas antes de la fusión, en noviembre de 2009, por importe de 70 millones de euros (20 con Caixa Galicia y 50 con Caixanova), y el grueso de su vencimiento tiene fecha de 2013.

NCG Banco sabe que, pese a las cargas financieras, puede sacar un buen pellizco por la empresa, pero no da una valoración a su paquete de acciones. Caixanova vendió en 2007 un 8,62% por 160 millones, lo que significaba valorar Itínere en 1.856. Dos años después, ambas cajas compraron un porcentaje similiar del que ahora se van a desprender por 400 millones.

Dentro de las autopistas que gestiona en España, la AP-9 es la que presenta mejores resultados incluso en épocas de crisis. En el primer semestre facturó 65 millones y ganó después de pagar impuestos un total de 22,3 millones. Apenas realiza inversiones más allá de las labores de mantenimiento del vial. En sus gastos de explotación el peso de las nóminas del personal no supera el 8% de la facturación. Además, la paulatina automatización de las cabinas de peaje, que este verano ha provocado importantes colas, ha ido mermando la plantilla. El año pasado, con unos beneficios de 52 millones, los contratos laborales se redujeron en un 4%.

También quedan en el aire las inversiones, como la ampliación del puente de Rande en Vigo autorizada por el anterior gobierno socialista en el último Consejo de Ministros. El entonces titular de Fomento, José Blanco, dio la noticia en un mitin en el barrio vigués de Teis sin aclarar de qué modo iba a pagar su coste. La remodelación fue aprobada por 350 millones. Este año la empresa ha invertido en estudios 300.000 euros.