El curso se iniciará con 3.000 profesores menos y 30.000 alumnos más
La Generalitat calcula que los alumnos que lleven fiambrera pagarán unos 15 euros al mes
Aulas más llenas y claustros más vacíos. Este es el panorama que se dibuja para el nuevo curso escolar que empieza en una semana (el 12 de septiembre en infantil y primaria y un día más tarde en secundaria). El sistema educativo no universitario tendrá un total de 1.551.937 alumnos de todas las modalidades (educación presencial y a distancia), 29.725 más que el curso pasado. Pero por segundo año consecutivo, no se aumenta la plantilla de profesores para atenderlos. Por el contrario, por primera vez en la democracia se recortan las plazas fijas de profesorado (el año pasado se congelaron), que quedan en 63.962, 3.092 menos que el año anterior. A pesar de esta fotografía desesperanzadora, la consejera de Enseñanza, Irene Rigau, ha insistido este martes en que la calidad educativa no se verá afectada, afirmación que ni los sindicatos ni la oposición comparten.
Las reformas impulsadas por la Generalitat y por el Gobierno central —especialmente el aumento de horas lectivas de los profesores y el incremento de las ratios de alumnos por aula— ha allanado el terreno para permitir que los maestros trabajen más horas, atendiendo a más alumnos. Y todo ello para ahorrar en sueldos. Esto se concretará en 3.092 profesores menos que este curso andarán por las escuelas públicas catalanas (a los que se añadirían unos 150 más de la concertada, según CC OO). De estos, 1.783 corresponden a jubilaciones que no se cubren y cuya plaza queda amortizada. Los 1.309 restantes son interinos que pasan a ser sustitutos, pendientes de un nombramiento que les dé trabajo (a finales de esta semana habrá una nueva designación). Hasta ahora, Rigau apuntaba que los interinos afectados serían 770. La responsable de Educación de la UGT, Roser Font, asegura que este incremento se debe a que la Generalitat contrata antes a profesores sustitutos que a interinos, porque solo se les paga el 85% de la jornada.
Menos profesores en un momento en que hay más alumnos que nunca en el sistema: 30.000 más. De estos, 20.000 corresponden al régimen general (desde la guardería hasta la FP y el bachillerato). El resto de aumento proviene de las escuelas de idiomas y de la educación a distancia.
Otra de las insignias que marcará el curso será el aumento de las ratios, es decir, el número de alumnos por aula. El Ministerio de Educación abrió el melón para que las comunidades pudieran incrementar excepcionalmente hasta el 20% las ratios, llegando a los 30 alumnos en primaria y a 36 en secundaria. Según la Generalitat, una de cada cuatro aulas de P-3 (el 24,3%) aplicará un incremento de las ratios, mientras que en primaria afectará al 14% de las clases y en secundaria, al 31,5%.
La responsable de Enseñanza de CC OO, Montse Ros, se ha mostrado escéptica ante estas cifras y aseguró que la fotografía definitiva de las ratios no se conocerá hasta el inicio del curso. De hecho, las de secundaria (las más afectadas) podrían verse modificadas ya que estos días un tercio de los alumnos de este ciclo realizan los exámenes de septiembre, que determinarán si pasan de curso.
Las clases también se iniciarán con novedades importantes en la estructura y la organización de los centros. Enseñanza ha dado luz verde este año para que los institutos permitan que los alumnos se lleven la comida de casa, y así evitar pagar el comedor escolar. No obstante, las familias no se ahorrarán el total de los 6,2 euros diarios que ahora pagan por el servicio de comedor escolar. Cada centro establecerá la cuota que pagarán los alumnos que se lleven la tartera, en concepto del servicio de limpieza y de los monitores, pero Rigau calcula que podrían ser alrededor de dos euros diarios, esto es, unos 15 euros al mes (los institutos no imparten clases por la tarde todos los días).
No obstante, esta medida podría tener finalmente poco impacto, ya que la mayoría de institutos dejarán de dar clases por la tarde. Enseñanza ha aceptado la jornada intensiva al 71% de los centros de secundaria. La consejera aseguró que con esta medida la Generalitat se ahorrará unos cuatro millones de euros en becas de comedor obligatorias, es decir, en subvencionar el almuerzo a los alumnos que estudian en un instituto fuera de su municipio.
Sindicatos y partidos de izquierda han coincidido en alertar de la merma en la calidad de la enseñanza debido a los recortes. El nuevo presidente del grupo socialista en el Parlament, Xavier Sabaté, ha juzgado de “caótico” este inicio de curso y se mostró en contra de las subvenciones públicas de las escuelas que segregan por sexo, informa Elise Gazengel.
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