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EH Bildu juega la carta femenina

La coalición soberanista situará a mujeres al frente de sus tres candidaturas Las cabezas de lista de Álava y Gipuzkoa tidnen un perfil similar al de Mintegi

Laura Mintegi (a la izquierda) y Maribi Ugarteburu, el pasado 21 de agosto en una concentración en Bilbao a favor de los presos de ETA enfermos.
Laura Mintegi (a la izquierda) y Maribi Ugarteburu, el pasado 21 de agosto en una concentración en Bilbao a favor de los presos de ETA enfermos.LUIS ALBERTO GARCÍA

La izquierda abertzale tiene prácticamente cerradas las candidaturas con que la coalición EH Bildu concurrirá a las elecciones del próximo 21 de octubre. El próximo fin de semana presentará en un acto en Vitoria a sus 75 integrantes. Les arroparán otros componentes de las coaliciones con las que ha concurrido a las últimas contiendas electorales.

Aunque la reserva con respecto a los nombres es tan grande que puede hablarse más bien de hermetismo, medios cercanos a los círculos de decisión de la coalición, precisaron ayer a EL PAÍS que las listas de Álava y Gipuzkoa estarán encabezadas por sendas mujeres, que se añadirán así a la candidata a lehendakari y cabeza por Bizkaia, Laura Mintegi. En el equipo que presentó públicamente en julio pasado como su futuro Gobierno figuraban otras cinco féminas, además de ella misma.

EH Bildu será así la única de las formaciones que ponga mujeres al frente de sus tres listas provinciales, en una apuesta rompedera con respecto de los hábitos de los partidos tradicionales. Entre estos, solo el PP parece por ahora decidido a colocar a una mujer, la presidenta del Parlamento, Arantza Quiroga, al mando de Gipuzkoa. Tanto el PSE como el PNV llevarán exclusivamente a hombres en el primer puesto.

En los dos nuevos casos se trata, como en el de Mintegi, de mujeres no vinculadas al aparato de la izquierda abertzale, al menos no de forma pública. Ambas revisten además un perfil no muy alejado del de Mintegi, apuntaron los medios citados.

Los ‘abertzales’ imitan hoy una foto histórica del primer Gobierno vasco

La coalición ya está integrada formalmente por Sortu, EA, Aralar y Alternatiba. Este trámite, una vez que la nueva marca de la izquierda abertzale cumplió con los requisitos de la ley de Partidos, fue cubierto ante notario por sus representantes legales hace escasas fechas, según las fuentes informantes.

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El reparto de cuotas entre los cuatro integrantes, no exento de ciertas tensiones, se hizo sobre el cálculo de lograr al menos 20 parlamentarios. La izquierda abertzale se reservó diez y cedió nueve, primando claramente a quienes le acompañaron desde el principio en su travesía del desierto, principalmente a EA, que tendrá cuatro puestos, frente al único que obtuvo por sí sola en 2009. Algunos de sus actuales concejales podrían ir a la Cámara. Oskar Matute, sin más referencia para el cálculo que su propio escaño por EB en 2005, logrará volver al Parlamento junto a un segundo nombre de Alternatiba. Aralar, en cambio, pierde un puesto respecto de los cuatro que obtuvo en solitario.

Quiroga se perfila en la cabecera

El PP tiene prácticamente decidido que la actual presidenta del Parlamento, Arantza Quiroga, repetirá como cabeza de lista por Gipuzkoa para el 21-O. La guipuzcoana es la única duda en las tres cabeceras populares, toda vez que ya está resuelto hace tiempo que Antonio Basagoiti e Iñaki Oyarzábal encabezarán de nuevo las candidaturas por Bizkaia y Álava, respectivamente.

Aunque se manejó una posibilidad de que el primer puesto en Gipuzkoa fuese para Borja Sémper, presidente provincial popular, finalmente se perfila Quiroga con claridad, según distintas fuentes del partido. Y ello por un doble motivo: su condición de presidenta de la Cámara, el cargo institucional más relevante que ha tenido nunca el PP vasco, y el ser mujer, lo que evita que las tres papeletas tengan hombres en su primer puesto.

Decididos los cabezas de lista, en el escalón inmediato, el actual portavoz parlamentario, Antón Damborenea, ocupará el segundo lugar por Bizkaia y Sémper, previsiblemente, por Gipuzkoa. En el caso alavés está por resolver todavía si repetirá Carmelo Barrio o se dará paso a una mujer.

La principal incógnita pendiente es si Basagoiti logra finalmente concretar su intención, que está gestionando de forma personal, de convencer a sendos independientes para que vayan en puestos de salida en Bizkaia y Gipuzkoa. En el primer territorio el PP logró en las pasadas autonómicas cuatro escaños y tres en el segundo.

Los populares dejarán sus listas resueltas la próxima semana para oficializarlas el próximo día 12, primer día del plazo legal para ello.

La apuesta en la confección de las candidaturas ha sido, en general, por el rejuvenecimiento. La excepción será la propia Mintegi, la de más edad (56 años) de los cuatro principales candidatos a lehendakari. En la candidatura vizcaína que ella encabeza, y casi seguro en el segundo puesto, se da por hecho que irá Maribi Ugarteburu, convertida en los últimos tiempos en portavoz de las posiciones de la izquierda abertzale en los momentos más importantes.

Ugarteburu fue, por ejemplo, la encargada de solemnizar la negativa a la ponencia parlamentaria de Paz y Convivencia propuesta por el lehendakari. Esa negativa ha propiciado que la Cámara haya dejado echado el suelo básico del que partirá el trabajo en ese terreno en la próxima legislatura, sin la participación, ni siquiera como invitados, de los abertzales, cuyas posturas estaban dispuestos a escuchar los demás partidos.

El mitin de Vitoria tendrá la dimensión y un formato similar al que sirvió para presentar al Gobierno de Mintegi. EH Bildu tiene previsto para hoy otro acto que probablemente levantará ampollas: Mintegi se fotografiará con su equipo en el balcón del Hotel Carlton de Bilbao, el mismo escenario de una histórica foto —que la coalición adjuntó con su convocatoria a la prensa— en que posó el primer Gobierno vasco, constituido en 1936 bajo la presidencia del peneuvista José Antonio Aguirre.

“No es casual haberlo elegido”, explicó la coalición. “Nuestro pueblo vivía entonces una situación de emergencia”. El paralelismo sería que las elecciones se celebran marcadas “por el proceso de resolución del conflicto político y la brutal crisis, aunque, admitía la nota, se den “connotaciones diferentes”.

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