Momentos de celebración
El diseñador cumple mañana el 10 aniversario de su primer desfile en Cibeles, el famoso de la capucha y la soga. Promete una “sorpresa”. Nos lleva a su taller, a comer como en Cuba y a disfrutar de los años 50
1. Pollería Navarro. Es mi plan perfecto de los domingos, comprarme aquí en el Rastro un pollo asado y luego ir de tiendas por ahí. Lo descubrí hace un año, un día que tenía una cola interminable y salía un olor riquísimo con las especies que le ponen. Cuesta 7, 80 euros y me lo suelo tomar con una ensalada o con patatas fritas del Mc Donald, según me de. (López Silva, 7)
2. Non Vacui. Es una tiendecita de decoración nueva con cosas preciosas. Como ya no me puedo comprar más muebles porque tengo una casa pequeña, voy porque tienen pequeñas piezas como unos porta velas maravillosos de 15 a 18 euros como de los años 50-60, unos jarroncitos maravillosos y otra cosa que me vuelve loco, los maceteros. (Mira el Río Alta, 8)
3. Restaurante Zara. Es un cubano con un trato maravilloso. Me encanta el sándwich cubano, que es como una baquettina de carne, queso, jamón y pepinillos. Y también la ropa vieja, que aunque suene ordinario me gusta más con patatas fritas que con arroz. El menú perfecto. (Infantas, 5)
4. Estación de Atocha. Me gusta tanto salir de Madrid como volver, necesito irme pero también vuelvo con alegría. Y me encanta viajar en el AVE. Suelo cogerlo para ir a Málaga a visitar a mi familia, a Barcelona cuando voy a pinchar con Bimba (Bosé) o a Valencia por motivos de trabajo, cuando voy a ver las pieles de los bolsos en Burriana. Estoy deseando que llegue el AVE a toda España, al norte.
De Marbella a Madrid
David Delfín (Ronda, 1970) a los tres años vivía en Marbella y con 18 en Madrid. En 2002 creó su propia firma de moda y ahora celebra el 10 aniversario de su debú en Cibeles. Con sus prendas sigue prometiendo “mucho sentido del humor”.
5. El Fabuloso. Es un bar pero como un pequeño club de copas que lo lleva Silvia Superstar, ex del grupo Killer Barbies, muy curioso con una decoración de los años 50 con pequeños rincones, sofás… todo un poco tiki, como flamenco, bambú y una iluminación muy bonita, casi parece una casa. Como lo tengo al lado de casa suelo pasarme y encontrarme con amigos y conversar. (Estrella, 3)
6. El Prado. Es inevitable y una suerte que lo tengamos aquí. Cuando voy no tiendo a empacharme, sino poco a poco. El cuadro que más me fascina es el Descendimiento de la cruz, de Van der Weyden, voy, lo veo y no quiero ver más. También El Bosco o la pintura negra de Goya. Cuando voy con mis alumnos del IED les aconsejo estos tres recorridos.
7. Parque de Atracciones. Me vuelve loco. Es como un momento de celebración y tiene una carga sentimental por los momentos que he pasado ahí con amigos, mi pareja… Este verano ya he ido un par de veces. Me encanta la montaña rusa y la Tarántula.
8. Casa Florida. Es una tienda de flores maravillosas donde trabaja Caliope, amiga mía. Cuando la conocí era bailarina de danza contemporánea e hicimos piezas visuales como en la exposición de la galería de Soledad Lorenzo o en el Guggenheim. Y también ha desfilado para mí en Cibeles. En época de peonías son los primeros que las tienen. (Marqués de Riscal, 12)
9. El Retiro. Soy como muy Woody Allen donde siempre aparece Central Park. Es un punto de encuentro maravilloso. También para patinar con unos patines de cuatro ruedas que me compré en Brooklyn.
10. Taller Tres puntadas. Donde me hacen todos los prototipos y los arreglos. Marta, Pilar y Laura son como mi familia. Durante muchos años estaban en mi empresa, luego crearon su proyecto. Es un lugar muy íntimo y emocional donde ven la luz mis diseños. Donde se hacen realidad mis sueños. (Marqués de Monteagudo, 22, bajo b)
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