La Xunta impulsa una minicentral en Meirama junto a la Red Natura
Medio Ambiente propone eximir el proyecto de evaluación de impacto ambiental
Al igual que en As Pontes, el impresionante hueco provocado por la explotación de la antigua mina de lignito de Meirama se convierte en un lago artificial con un volumen de 150 millones de metros cúbicos de agua. La Xunta quiere que no se limite a atractivo turístico, por lo que ha impulsado su uso para reforzar el abastecimiento de agua en el área metropolitana de A Coruña. El proyecto, elaborado por Augas de Galicia, contiene una sorpresa que ha provocado un profundo malestar entre las organizaciones ecologistas: una minicentral eléctrica de 500 kilovatios, que propone impulsar sin someter a evaluación de impacto ambiental.
La creación de la minicentral aparece en el documento ambiental del proyecto de abastecimiento, presentado por el ente Augas de Galicia ante la autoridad ambiental, que depende de la misma consellería, la de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, que dirige Agustín Hernández. El informe propone excluir la obra del sometimiento a evaluación de impacto ambiental, a pesar de que la minicentral se encuentra río Barcés arriba, a escasos seis kilómetros del Lugar de Interés Comunitario (LIC) del embalse Abegondo-Cecebre, en el que desembocará el agua después de ser turbinada.
El proyecto presentado ante la Secretaría Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental debe su complejidad precisamente a la construcción de la minicentral. En lugar de trasladar las aguas río abajo hasta el embalse de Abegondo-Cecebre —que abastece al área de A Coruña— a través del cauce del Barcés, que pasa junto a lo que los ecologistas consideran una balsa minera, y no un lago artificial, se propone la construcción de un túnel de 1,4 kilómetros de longitud y más de tres metros de diámetro. De esta manera, se gana cota para el salto que permita la construcción de la minicentral, que se explotará 16 horas al día.
El plan contradice la moratoria a las minicentrales que anunció Hernández
El documento, elaborado por una consultora por encargo de Augas de Galicia, estima que “una de las principales ventajas que presenta la alternativa del túnel es la posibilidad de implantación de una minicentral hidroeléctrica”, para efectuar el aprovechamiento hidroeléctrico de los caudales regulados. “Incluir una instalación de este tipo, entre las contempladas en este estudio, se considera adecuado desde el punto de vista de rentabilidad de la inversión”, añade el informe.
Lejos de considerarlo un ahorro, los ecologistas sostienen que la minicentral es “un despilfarro”, ya que encarecerá considerablemente una obra sufragada con fondos públicos “para que una empresa explote industrialmente la hidroeléctrica”, relata Fins Eirexas, secretario ejecutivo de Adega. A ello hay que añadir la incongruencia con el Plan Hidrológico Galicia-Costa, promovido por la misma Consellería de Medio Ambiente, del que se aseguró que descartaba la construcción de nuevas minicentrales eléctricas por considerar que los ríos gallegos se encuentran saturados.
Pero en la presentación de ese plan, Feijóo y Hernández condicionaron ese rechazo a que lleve consigo “nuevos obstáculos transversales en una masa de agua superficial”, situación que podría excluir a Meirama del veto a las minicentrales. Consultada por ese períodico, Medio Ambiente no aclaró cómo encaja el proyecto en el citado plan. “La minicentral no es el objeto de la actuación sometida a información pública”, que solo plantea “el aprovechamiento de un desnivel”, se limitó a señalar.
El documento sometido a información pública aboga por eximir el proyecto del procedimiento de evaluación de impacto ambiental. “La actuación contemplada no se encuentra incluida en ningún espacio de la Red Natura 2000 ni en ningún otro espacio natural”, argumenta.
Los derechos de Francisco Vázquez
Entre las muchas preguntas sobre la minicentral de Meirama que la Xunta deja sin respuesta, una destaca especialmente. A pesar de los reiterados intentos de este periódico para conocer quién la explotará, Medio Ambiente se niega a aclarlo. La pregunga al departamento de Agustín Hernández incluye expresamente si sigue en vigor la concesión para el Barcés autorizada en 2005 por el Gobierno de Fraga cuando ya se encontraba en funciones, a favor de la sociedad Hidroeléctrica del Arnoya.
Dicha empresa está formada al 50% por dos sociedades. De un lado, Iglevaz, propiedad de la mujer y los hijos del exalcalde de A Coruña Francisco Vázquez, y creada por el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, Antonio Fontenla. Del otro, Desarrollo Energético de Galicia, que pertence a Fontenla, su mujer y Luis Castro Valdivia. Este último es cuñado de Ramón Ordás Badía, director general de Industria, Energía y Minas de la Xunta entre 1999 y 2005.
Hidroeléctrida del Arnoya, que fue investigada por la Fiscalía Anticorrupción por las numerosas concesiones recibidas, renunció en febrero de 2008 a la concesión en el río Barcés, pero su decisión nunca fue publicada. Sus derechos están en un limbo que Medio Ambiente se resiste a aclarar.
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