Paisaje agrario con parque al fondo
Junto a dos patrimonios de la humanidad, Elche ofrece al viajero un territorio rural de gran interés
Que en esta época del año haya agua o no en El Fondo depende de factores tales como las necesidades de riego, que gestiona la Comunidad de Riegos de Levante, y la disponibilidad de caudales, como aclaran a los visitantes los responsables del parque natural. “En los últimos años se ha quedado prácticamente seco, pero de momento”, explicaban los monitores a principio de agosto, “tenemos un buen nivel de agua”. Una visita a Elche, y más ahora, es sinónimo de Misteri (días 14 y 15) y Palmeral. No obstante, la mitad del territorio de la tercera urbe valenciana se dedica al cultivo. Ese mundo agrícola próximo a la Basílica, pero ignorado normalmente por el visitante, merece una escapada que, por coherencia, debería pasar antes por el parque natural del Fondo.
Pistas
Para llegar. Para acceder al Centro de Información del Parque Natural del Fondo: Desde Alicante, tomar la autopista AP-7 hacia Torrevieja, salida 730 Catral. En la primera rotonda tomar la salida de Catral y en la siguiente, la de San Felipe Neri.
Para respirar. Información y visitas en el Centro de Interpretación del parque natural. Finca El Rincón, Azarbe de Afuera s/n 03158. San Felipe de Neri. 966 678 515 - 679 195 852. http://parquesnaturales.gva.es. Hay cuatro itinerarios distintos.
Para conocer. Associació pel Desenvolupament Rural del Camp d'Elx, http://www.turismeruralelx.es. También es interesante la web http://matola.es. Para la Comunidad de Regantes de Carrizales, ver http://www.carrizales.es.; teléfono y fax 96 661 27 06, 672 17 51 48 o carrizales@carrizales.es.
Para degustar. Bodega Faelo, en la Partida Matola. Polígono 3, nº 18. 655 85 68 98. www.vinosladama.com. La Vaquería del Camp d'Elx, en la Partida de Daimes. Polígono 227, en la ctra. de Elche a La Marina. Tlf. 600 48 88 03 y 600 48 88 02 http://www.lavaqueriadelcampdelx.com.
Para aprender. Centro de Cultura Tradicional de Pusol. Partida de Pusol, 8. 966 63 04 78. Agosto abierto por la mañana. Día 15 cerrado.
Hablamos del segundo humedal valenciano en importancia. Un lugar donde el silencio acaricia la piel o es roto por murmullos volátiles y donde sorprende ver en lontananza, desde un ensombrado observatorio de madera, una interminable gran mancha de flamencos refrescándose en el embalse de Levante. Pero “flamencos se pueden ver prácticamente todo el año, aunque a finales de septiembre la mayoría suele emigrar a zonas de África para invernar”, anota un técnico. Más relevante desde el punto de vista ecológico es contemplar al pato malvasía cabeciblanca, que reúne aquí una de sus principales colonias mundiales. Estamos en el itinerario ornitológico, el único que requiere concertar previamente la visita en el Centro de Información y que invita a ver en acción aves de nombres diversos, intimidantes unos, como la garza imperial y el bigotudo; rítmicos otros, como el martinete, o nutritivos algunos, como la garcilla cangrejera. Así hasta 30.000 ejemplares en invierno.
Este paisaje protegido es casi un milagro, ya que es parte de la antigua Albufera de Elche que desapareció por el aterramiento natural del terreno y variados drenajes, en especial los del Cardenal Belluga (siglo XVIII) para la colonización y cultivo de amplias extensiones de tierra. Para regar los campos y lavar las sales se hicieron los embalses. Al lado, se extienden “multitud de huertas con variedad de producciones”, escribía Pascual Madoz en 1845 sobre el Campo de Elche, el paisaje contiguo al Fondo. Madoz veía gentes que “sienten los contratiempos mas no desalientan porque conocen la bondad del suelo que cultivan y saben que acudiendo las aguas les faltarán graneros para guardar sus frutos”.
Hay un creciente movimiento por preservar y difundir los valores del campo, en el que descolla la Asociación para el Desarrollo del Camp d’Elx (ADR), que integra varios colectivos. “Intentamos que el territorio no se nos vaya de las manos”, dice Marga Guilló, su coordinadora. Habla de un paisaje rico en patrimonio arquitectónico, gastronomía, cultura agrícola, rural e hidráulica y potencial turístico sostenible. Acorde con los criterios fijados en el Manifiesto de Guardamar de 2009, donde numerosas entidades defendían “las acequias, los azarbes y los sistemas de riego tradicionales”. Marga Guilló recuerda que “donde hay más huertos de palmeras que mantienen el trazado y sistema de riego árabe es en la margen derecha del Vinalopó”, una imagen que “da más personalidad al Fondo”.
Desde la ADR facilitan rutas temáticas, la primera la del agua, pero también recorridos que llegan hasta otros espacios naturales, como Las Salinas y el Clot de Galvany. Son muchas las sorpresas agradables que esperan a lo ancho de este gran territorio rural, que van desde la bodega Faelo, donde Jaime Soto hace el vino de forma artesanal, pisando la uva, hasta la almazara tradicional del Huerto del Tendre, de 1839, pasando por casas señoriales modernistas en medio de la huerta. No menos estimulante resulta el proyecto de parque natural agrario impulsado por la Comunidad de Regantes de Carrizales, que pretende proteger “los valores naturales, culturales y paisajísticos con la actividad rural y el uso social del territorio” y cuya propuesta ecoturística contempla “la puesta en valor y uso recreativo de la red de azarbes y caminos” de esta partida. Son iniciativas que refuerzan lo que describiera Madoz: “Los afueras de la población son bastante deliciosos”, con “canales de riego” que “serpentean por doquier, las muchas casas de campo que pueblan todo aquel territorio, la animación continua que se nota en los caminos y veredas”.
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