Feijóo aprobará en solitario la reducción de escaños que beneficia al PP
José Blanco: “Es un fraude para ganar las elecciones que el PP sabe perdidas”
Si no hay “consenso”, esto es, si el BNG y el PSOE no aceptan los planes del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para reducir 14 diputados según una fórmula que prima los graneros de votos del PP, los populares aprobarán la reforma de la ley electoral en solitario antes de las elecciones autonómicas, para las que todavía no hay fecha. Y lo harán, según dijo ayer Feijóo para escuchar “las demandas ciudadanas”.
Hasta ayer, el presidente y otros dirigentes del PP habían repetido que esperarían la respuesta del resto de partidos, pero al comprobar que socialistas, nacionalistas e incluso formaciones más pequeñas que no están en el Parlamento, se oponen frontalmente, Feijóo avanzó que el PP hará valer su mayoría absoluta y sus 38 diputados para modificar el reparto. Y lo hará con el argumento del “ahorro y la austeridad” pero sin introducir medidas correctoras para mantener la representatividad de las provincias (que con la fórmula prevista castiga a Pontevedra y A Coruña, las más poabladas) porque ségún dijo no se plantea “ un cambio total de las reglas del juego”.
El PSOE, insiste en que el presidente solo cambiará las que le benefician. Ayer fue José Blanco, uno de los nombres que suena para presentarse a las primarias y disputar la Xunta, quien en su blog acusó al presidente de urdir “una maniobra a la desesperada, vestida con ropajes nobles (reducción del gasto público), pero de fondo inmoral (ventajismo partidista), que trata de evitar lo inevitable: a derrota electoral del PP por el absoluto fracaso de su gestión”
Blanco, a quien significativos barones socialistas animan a disputar el cartel de las autonómicas al secretario general, Pachi Vázquez, concluye en su blog que el PP busca “perpetrar un fraude electoral que le permita ganar por la puerta de atrás unas elecciones que sabe perdidas mediante la alteración de la proporcionalidad en la representación del Parlamento”. El portavoz parlamentario de este partido, Abel Losada, acusó además al presidente de ser una “mala copia de los caudillos latinoamericanos que usan los cambios de última hora para perpetuarse en el poder”. También la portavoz del BNG en la Cámara, Ana Pontón, lamentó “el antidemocrático y escandaloso giro autoritario de Feijóo” quien “con el síndrome de Esperanza Aguirre teje cortinas de humo para esconder su nefasta gestión”.
Ajeno a todas estas críticas, el presidente de la Xunta insistió tras la reunión semanal de Gobierno que seguirá adelante con su plan y descartó que la reforma pueda beneficiar a algún partido “porque las reglas se ponen antes de que comience el juego. El voto es igual para todos y las urnas están cerradas, se llenan el día en que se vota”, aseguró a preguntas de los periodistas. Luego explicó que su apuesta pasa por rebajar a 61 los diputados pero sin tocar el mínimo de escaños por provincia, que es lo que hace engordar el peso relativo de las circunscripciones de Ourense y Lugo, donde el PP ha fraguado sus mayorías absolutas. “Lo lógico sería mantener el mínimo por provincia para no tocar la ley electoral. Los ciudadanos piden menos cargos políticos”, dijo el presidente que hizo varias alusiones a las protestas masivas contra los recortes del PP celebradas la semana pasada en Galicia.
Según la lectura de Feijóo, socialistas y nacionalistas son incoherentes por acudir a esas marchas y no aceptar la “reducción de políticos” según la fórmula que propone el PP gallego. Lo dijo el presidente solo unos minutos después de que una manifestación de unos 150 funcionarios de todas las centrales sindicales parasen ante su propio despacho con gritos de “incompetencia” y “dimisión”.
La reunión semanal de Gobierno dio también para que la Xunta convocase el concurso para adjudicar 84 frecuencias de radio. Tal y como sucedió en 2005 con Fraga —que aprobó dos concesiones de televisión digital a La Voz de Galicia y la Cadena Cope en el epílogo de su mandato, Feijóo prevé otorgar las concesiones también en las vísperas electorales. Aunque ayer no aclaró cuando dará a conocer los nombres de las empresas elegidas, sí explicó que el plazo máximo para resolver el concurso es de seis meses. Eludió dar pistas sobre si agotará el semestre para fallar las adjudicaciones, lo que permitiría concluir que no habrá delanto electoral a otoño. Si decide agotar el calendario, las elecciones serían en febrero. Pero si hay alguien que sabe el día de los comicios es el propio Feijóo y de momento se resiste a soltar prenda.
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