La candidata oficialista rompe la mayoría de los críticos en Cádiz
Irene García se impone al alcalde de Barbate con un 57%
La candidatura de la alcaldesa de Sanlúcar, Irene García, venció en el congreso de Cádiz y rompió la hegemonía que tenían hasta ahora los críticos a la dirección regional de José Antonio Griñán, que respaldaban la candidatura del alcalde de Barbate, Rafael Quirós. García venció por 46 votos. Obtuvo 188 de los 330 votos contabilizados como válidos. Su propuesta central está basada en el respeto, la sintonía con sus superiores en Sevilla y el alejamiento a evidenciar cualquier diferencia interna públicamente.
Tras vencer, García defendió su autonomía y libertad como nueva líder del partido en Cádiz pero sin enfrentamientos como los protagonizados por la dirección provincial saliente. “Mi proyecto es independiente pero, compañeros, dejemos de hacer islas”. Su reto es centrar el mensaje de su partido en acabar con gobiernos de derecha y atender a la situación económica. Su primera reunión será, según dijo, con sindicatos y empresarios.
La nueva secretaria provincial impondrá nuevos tiempos en la manera de hacer y de comunicar en el PSOE de Cádiz, acostumbrado ya a las subidas de tono y socarronería de Francisco González Cabaña, un estilo más llano y menos estudiado que sí parecía continuar Rafael Quirós. De hecho el segundo punto de los 33 compromisos dejados por escrito por la candidatura de García establecía eliminar “de forma radical” la crítica a los compañeros, especialmente en los medios de comunicación. “Soy seria. Tengo la gracia que me dieron mis padres”, bromeó.
La victoria de la alcaldesa de Sanlúcar supone acabar con una etapa en el socialismo gaditano, como reconoció Luis Pizarro. “He estado 18 años ganando. Ahora me toca estar en la oposición”. Con todo, el diputado andaluz negó haber estado tutelando la candidatura de Quirós. “No creo en esas cosas aunque haya algunos que me hayan reprochado eso para restar validez a la candidatura de Rafa”.
Cabaña se marcha con cierto alivio, según reconoció en su discurso de despedida. “Me voy contento porque he estado maniatado. ¿Cómo no voy a querer irme?”. Acusó a sus superiores en Sevilla de haberle vetado a algunos de sus candidatos a las municipales y a algunos compañeros de ejecutiva de haber torpedeado su labor. También dudó de la renovación que supone García. “Dije hace años que se han cometido muchos crímenes en nombre de la renovación. Hoy sigo pensando lo mismo”, dijo.
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