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El PNV exporta el éxito de su bastión

Bilbao, Ortuzar e Urkullu, de izquierda a derecha, representan el poderío vizcaíno.
Bilbao, Ortuzar e Urkullu, de izquierda a derecha, representan el poderío vizcaíno.LUIS ALBERTO GARCÍA

En el PNV, los retos nunca terminan. Se transforman. La intensa actividad no se detiene en una formación acostumbrada a encadenar complejos y polémicos desafíos, tanto de puertas hacia dentro como hacia fuera. Si en marzo culminó la renovación orgánica con polémica en Álava, esta semana se ha rematado la designación de Iñigo Urkullu, por unanimidad esta vez, como candidato a lehendakari. Los comicios autonómicos serán su próximo objetivo. Y si se saldan con éxito, comenzará de nuevo la rueda con el proceso para nombrar a un nuevo líder interno.

La constante renovación orgánica lo es también ideológica. La reaparición de la izquierda abertzale ha obligado a moderar un discurso que durante la etapa de Juan José Ibarretxe como lehendakari abanderó la apuesta soberanista, frente a la exclusiva oposición que entonces suponía el constitucionalismo de PSE y PP. Rebasadas las aspiraciones del PNV por la izquierda independentista, los nacionalistas han vuelto a reivindicar el eje central de la política vasca. Incluso por parte de los dirigentes más críticos con esa tendencia años atrás.

La modulación supone, en realidad, una apuesta por la estrategia que tan buenos resultados ha reportado al partido en Bizkaia, su feudo tradicional y el que se presume decisivo para retornar a Ajuria Enea. En el que reúne al 80% de su militancia y mantiene, con la Diputación que lidera José Luis Bilbao, su mayor cota de gobierno, tras la pérdida del Ejecutivo autónomo y las otras dos instituciones forales desde 2009.

Ni la irrupción abertzale ni la crisis económica han mermado en Bizkaia el poder de una formación que también se mantiene férreamente unida en su organigrama interno. El sólido liderazgo del partido que ejerce Urkullu es equivalente al que Andoni Ortuzar tiene en un territorio “fiel a la cultura del partido, disciplinado y en el que los trapos se lavan en casa”, según admiten desde Sabin Etxea.

Se evidencia cada vez que la militancia respalda sin discrepancias las propuestas que le plantea la ejecutiva provincial. En marzo, con la propia reelección de Ortuzar. Este mes, con las listas de candidatos a parlamentarios. Una cohesión si fisuras que necesita exportar a Gipuzkoa y Álava como alternativa al agrupamiento de fuerzas soberanistas.

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