Peaje para turistas en el parque Güell
El Ayuntamiento cercará algunos edificios y cobrará hasta cinco euros por entrada
Antes de finales de este año, los turistas tendrán que pagar “como mínimo cinco euros” para entrar en la zona monumental del parque Güell (la plaza de la Natura, la sala hipóstila y las escalinatas del dragón). No es el único cambio. Los autocares que quieran subir al recinto solo lo podrán hacer si todos sus pasajeros tienen una entrada, que se venderán en diferentes sitios de Barcelona. Estos son algunos de los planes del Ayuntamiento para mitigar el impacto en el conjunto arquitectónico diseñado por Antoni Gaudí, principal reclamo turístico gratuito de la ciudad.
Así lo explicó el jueves por la tarde Maite Fandos, regidora de Gràcia. “La medida permitirá reducir una cuarta o séptima parte el número de autocares. El problema es que esos vehículos suben al parque puedan aparcar o no. No anularemos el turismo, lo que haremos es regularlo”, explicó Fandos en el pleno del distrito.
Por otra parte, los Servicios Jurídicos del Consistorio han redactado un informe que permite desplegar la regulación del acceso, según adelantó ayer L’Independent de Gràcia. El documento propone tres niveles de restricción: uno para vecinos y entidades, otro para empadronados en Barcelona y otro para turistas.Una portavoz del Consistorio dijo que el documento “aún está en etapa de estudio”, pero confirmó que se trabaja en esa dirección. Los barceloneses estarán exentos del pago, pero tendrán que solicitar una tarjeta especial y gratuita.
La idea de cerrar una parte del parque Güell, que al año recibe cuatro millones de visitantes (el templo de la Sagrada Familia recibió 3,2 millones en 2011), ya surgió en el mandato pasado. Uno de los problemas que hay que resolver es una normativa europea que impide que se cobre a unos ciudadanos de la Unión y no a otros. Una portavoz del Consistorio explicó que “la discriminación positiva” —se entiende que los ciudadanos ya pagan con sus impuestos y la tarjeta de acceso funcionaría como una bonificación del importa— se acomodaría al derecho, según los servicios jurídicos.
La delimitación del área monumental se haría sin barreras físicas permanentes —como los tornos propuestos por el bipartito— y se instalarian con cintas similares a las de los museos o discotecas. Esto implicaría la contratación de personal y el montaje continuo. El número de entradas diarias sería limitado. La portavoz del Consistorio explicó que se está estudiando cuántas personas podrían estar en el recinto a la vez y “cuál es el tiempo límite para tener una visita de calidad”.
Salvador Barrau, portavoz de la plataforma de entidades del parque Güell y líder vecinal del Coll-Vallcarca, consideró que, por lo que conoce de la propuesta, “es una manera de poner en orden los intereses de todos los agentes implicados”. Se espera que en los próximos días la mesa de trabajo del parque conozca el detalle del proyecto. “También queremos saber cómo sería el funcionamiento de la parte gratuita y la relación entre ambos entornos”. El concejal socialista Salvador Espriu criticó que se quiera proteger solo el sitio “donde la gente se hace la foto con el dragón y no el conjunto del parque”.
Campaña ‘antilateros’
Los chiringuitos de las playas de Barcelona podrán llevar bebidas hasta primera línea de mar después de que el Ayuntamiento modificara el término de sus concesiones. Con esta medida, tanto los comerciantes como el gobierno municipal esperan hacer frente al envite de los lateros.
En teoría los locales playeros tienen derecho a trabajar en un área de influencia de 50 metros de radio, zona de arena incluida. En algunos chiringuitos, sin embargo, el mar estaba a cierta distancia, lo que impedía que algunos bañistas fueran atendidos por los camareros. El límite hacia el mar se ha flexibilizado y ahora pueden llegar hasta el agua, aunque sin poner ningún tipo de estructura. Los camareros han de estar identificados.
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