Un Grec caído del cielo

Niños, perros, bicis; parejas cogidas de la mano, jóvenes sentados en corro en suelo, otros tumbados en el césped de los parterres de la avenida Lluís Companys, consumiendo cervezas en vasos de plástico (o en latas de venta ilegal de la misma marca), fumando porritos y conviviendo alegremente tanto con las señoras mayores como con los paquistaníes o los sijs de turbante. Una inauguración ayer noche, esta primera del Festival Grec, desde luego muy distinta de la de siempre, si no fuera porque la de siempre tendrá lugar esta noche en el anfiteatro de Montjuïc y se accederá vía confirmación anticipada de la invitación del excelentísimo alcalde de Barcelona. Una inauguración gratuita y mayoritaria; música de corte popular y dicharachera de Canteca de Macao, grupo de fusión de ritmos latinos. En ese escenario tocaría después La Troba Kung-Fú, y entre unos y otros, un montaje de circo aéreo de los belgas Theater Tol.

Así de radicalmente distinto fue, pues, el arranque del 36º Grec Festival de Barcelona —el primero bajo la dirección de Ramón Simó—, que tiene su puesta de largo más oficial esta misma noche en el Teatre Grec de Montjuïc con la primera función: el concierto conjunto de Pascal Comelade y la Cobla Sant Jordi.

Nadie puede renunciar a sus orígenes y los de Simó al frente de la Fira de Tàrrega tenían que dejarse sentir. El dominio escénico de la calle fue suyo: en un extremo del paseo, el más cercano al parque de la Ciutadella, dispuso a los músicos, mientras que la zona del Arco de Triunfo fue para la compañía Theater Tol, que montó su circo a unos 25 metros de altura, donde un gran carrusel puso a pedalear a bailarinas, violinistas y ciclistas, mientras se iban proyectando imágenes de algunos de los espectáculos que conformarán la programación del festival.

Entre el público asistente, el alcalde Xavier Trias, el concejal de Cultura, Jaume Ciurana, y el director de La Virreina, Llucià Homs, con niño a hombros.