Sorolla ante el espejo en Alicante

El Museo de Bellas Artes Gravina de Alicante sigue celebrando su décimo aniversario. Y Sorolla vuelve a copar el protagonismo del Mubag con la muestra de un autorretrato del pintor valenciano que se exhibe por primera vez en la provincia de Alicante. La obra, realizada en el año 1912, pertenece a la colección particular de la familia y no se mostraba en la Comunidad Valenciana desde hacía más de 20 años.

Pintar y Amarte. Biografía de Joaquín Sorolla Bastida es el título de esta nueva exposición, que muestra las últimas investigaciones en torno a la biografía del autor y que se complementa con tres cartas con dibujos del artista, dos fotografías junto a su esposa -una de 1888 y otra de 1922-, cuatro paneles con datos biográficos, dos mesas retroiluminadas con una selección de sus obras y un audiovisual.

El diputado de Cultura Juan Bautista Roselló y el director del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana Felipe Garín han presentado la exposición, que permanecerá en la sala de exposiciones temporales del centro alicantino hasta el 9 de septiembre. Roselló ha manifestado su satisfacción porque tras la exposición Comiendo en la barca el museo acoge "este autorretrato con el que el Mubag establece una relación permanente con el artista valenciano y su obra".

El pintor confesó por carta a su esposa que: "pintar y amarte, eso es todo lo que hago, ¿te parece poco?"

El 23 de febrero de 1908, Joaquín Sorolla escribía a su esposa Clotilde García del Castillo desde Sevilla, explicando en una extensa carta la marcha del asunto que lo había llevado hasta allí a primeros de mes: el retrato de la reina Victoria Eugenia. Esta misiva, que se conserva en el Museo Sorolla de Madrid, no fue excepcional. Ambos se escribían diariamente cuando los proyectos artísticos del pintor lo obligaban a viajar.

En el último párrafo del escrito, el artista le decía a su mujer: “ya te he contado mi vida de hoy, es monótona, pero qué hacerle, siempre te digo lo mismo, pintar y amarte, eso es todo, ¿te parece poco?”. Esta frase resume, de alguna manera, la biografía de Sorolla, tan alejada del tópico bohemio: un artista prolífico y familiar, entregado a su trabajo apasionadamente.

Joaquín Sorolla supo captar la luz mediterránea de forma única. La luminosidad valenciana, las gentes del pueblo y sus actividades protagonizarán sus cuadros, en los que la luz y el color, aplicado con largas pinceladas, son los elementos principales. Sorolla pintó más de 4.000 obras a lo largo de toda su carrera y, de ellas, sólo 20 son autorretratos clásicos. El artista se retrató además en otros cuatro cuadros; dos retratos familiares, una escena de ambiente urbano en París y el retrato de grupo del Patronato del Museo del Greco.