La crisis agota el crédito de Barberá
La regidora no consigue en seis meses desbloquear con el Gobierno de Mariano Rajoy sus grandes proyectos para Valencia
Rita Barberá, imbatible tras encadenar cuatro mayorías absolutas para el PP en la ciudad de Valencia desde 1995, encara el que parece su último mandato con el viento de cara. Barberá necesita un gran proyecto como colofón a su trayectoria como regidora de la tercera capital de España. Esta política, que soñó con convertir Valencia en la capital de los grandes eventos, del lujo y del glamour, lleva meses en el dique seco. No hay grandes anuncios en cartera, solo ajustes presupuestarios, quejas ciudadanas y muchas explicaciones que dar sobre el papel del Consistorio o sus fundaciones en escándalos investigados por los tribunales como Emarsa o Urdangarin.
Con la marcha de Francisco Camps de la presidencia de la Generalitat en julio de 2011, Barberá perdió un gran aliado a su “ambición ilimitada por Valencia”. Con Alberto Fabra al frente del Gobierno valenciano, Barberá ha perdido poder de influencia y apoyo económico. Ni las arcas municipales ni las de la Generalitat están para soportar nuevos y caros eventos.
No hace mucho la alcadesa se fotografiaba con el magnate de la Copa del América Ernesto Bertarelli, con el patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, o con la empresaria y diseñadora de moda italiana Miuccia Prada. Ahora ve cómo la crisis y la recesión económica destrozan la hoja de ruta con la que pensaba poner punto y final a sus 25 años al frente del Ayuntamiento de la tercera capital de España.
Por el camino se han caído eventos como la competición hípica de la Global Champion o la Campus Party, que se marcha a Barcelona. El futuro de sus dos grandes proyectos urbanísticos, el Parque Central de Valencia y el remate del frente marítimo de Valencia, incluida la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez hasta el mar, abriendo en canal el barrio histórico del Cabanyal-Canyamelar, es cada vez más incierto.
Ni las arcas locales ni las del Consell están para soportar nuevos eventos
Barberá necesita al PP en el Gobierno de España para culminar estos proyectos, por eso el año pasado se volcó de lleno en la campaña electoral que llevó a Mariano Rajoy a la presidencia del Gobierno. Para siempre quedará en las hemerotecas cuando Barberá llamó a Zapatero repetidas veces “incompetente, ignorante, inmoral político y miserable” por provocar la quiebra de España. O cuando convirtió a Rajoy en una suerte de hada madrina que solucionaría todos los problemas de Valencia cuando ocupase el Palacio de la Moncloa.
Medio año después, el Gobierno de Rajoy, asediado por una posible intervención de la UE, no ha satisfecho las peticiones de Barberá y ésta, ante el recorte de inversiones del primer presupuesto del Gobierno de Rajoy, solo ha dicho que ya exigirá más adelante.
Así las cosas, dos de sus grandes proyectos siguen parados. El consejo de administración de Valencia Parque Central, del que depende la nueva Estación Central del AVE, el soterramiento de vías del tren en el centro, o la ejecución del pulmón verde diseñado por la norteamericana Katryn Gustafson, no está convocado todavía. Y la renovación del Consorcio Valencia 2007, gestor de la Marina Real, en la dársena interior del Puerto de Valencia, tampoco se ha acometido.
Los consejos del Parque Central y de la Marina siguen sin convocarse
De momento, la regidora ha logrado que el Ministerio de Fomento se siente a negociar la cesión de la dársena interior, imprescindible para poder explotar la Marina Real y devolver al ICO los 400 millones de euros del crédito con el que se financiaron las obras de la Copa del América.
Fuentes portuarias no son tan optimistas con una cesión a corto plazo del suelo, después de años postergándose. Existe un convenio de 1997 con el Ministerio de Fomento que exige al Ayuntamiento y a la Generalitat la construcción del acceso norte, una infraestructura descartada hoy por su elevado coste. “Una cosa está supeditada a la otra”, reiteran fuentes portuarias.
Barberá da por sentado que a lo largo de este año la dársena será de titularidad municipal pero las diferencias con Fomento no están cerradas. Y otro dato, el Consistorio no ha desembolsado ni un euro de su aportación al Consorcio Valencia 2007.
Por ejemplo, el intento de Barberá de ceder una de las bases de la Copa del América a la multinacional tecnológica Plug & Play para que instale su sede, no cuenta con el respaldo de la Abogacía del Estado, que pide un concurso público y no un convenio para llevarlo a cabo.
Tampoco se ha avanzado desde la llegada del PP al Gobierno en el desbloqueo del conflicto en El Cabanyal. Y nada hace pensar que el Ministerio de Cultura, de José Ignacio Wert, tire por tierra la orden de protección del anterior Ejecutivo, avalada por el Consejo de Estado. El asunto queda a expensas del Tribunal Constitucional.
Para el soterramiento de vías en Serrería, necesarias para el desarrollo urbanístico del PAI del Grao, se está pendiente de otra visita de la ministra Ana Pastor, dado que esta obra se incluyó dentro del Corredor Mediterráneo, ahora sustituido por el tercer hilo. Y las obras del nuevo estadio del Valencia CF, proyecto que Barberá ha patrocinado personalmente, dependen de lo que suceda con Bankia.
Acostumbrada a los grandes anuncios, que tan buenos réditos electorales le han proporcionado estos años, la alcaldesa se se aferra a proyectos como el de la multinacional Plug & Play, que ha establecido en Valencia su sede para toda Europa, o la posible instalación de un Parque de Ferrari en Cheste para tomar oxígeno. Son malos tiempos para una alcaldesa tan mediática como Rita Barberá.
Un 'newsletter' contra la mala imagen
Valencia necesita tener una buena imagen para atraer nuevos proyectos cuando amaine la crisis. Pero hoy por hoy, Valencia y la Comunidad Valenciana aparecen con profusión en los medios de comunicación por el hundimiento de su sector financiero —Bancaja y la CAM— y por escándalos de corrupción como los de la depuradora de Pinedo, la trama Gürtel, el caso Brugal, o el aeropuerto sin aviones de Castellón.
La reacción del gobierno local de Rita Barberá ante tal escalada de noticias negativas ha sido poner en marcha un boletín informativo con el que pretende dar a conocer al resto de España las iniciativas pioneras que desarrolla para contribuir a la salida de la crisis y a la reactivación de la economía.
Se trata de una herramienta de comunicación, bautizada como Newsletter Valencia, que vía correo electrónico llegará a los principales periodistas y generadores de opinión del país, con el fin de neutralizar una posible "mala imagen" que puedan tener de Valencia en el resto de España.
“Se trata de que fuera de Valencia tengan constancia de que en la ciudad se hacen cosas positivas y se desarrollan iniciativas para afrontar la crisis y acelerar la actividad económica”. Desde que arrancó este mandato, el gobierno local del PP se enfrenta a tres partidos de la oposición —nunca ha tenido tantos grupos enfrente— que cuando no le aprietan con las malas cifras del desempleo, critican la elevada deuda municipal o que se empeñe en conservar los escoltas cuando ya casi nadie lo hace.
Con una periodicidad que marcará la propia actualidad, el boletín arrancó esta semana con la información sobre la creación de la sede electrónica del Ayuntamiento, que permite a los ciudadanos realizar cerca de 400 trámites administrativos por internet.
Barberá presume en este primer número de que el Consistorio “se ha adelantado al otorgamiento de licencias rápidas, a la ley de transparencia y a la administración electrónica”.
La Newsletter desarrolla después el pago de 182 millones a proveedores, la inversión de 90 millones en fibra óptima que hará Telefónica en Valencia o el casi millar de expedientes que han tramitado ya de licencias rápidas de obra o actividad.
El boletín se detiene por último en el avance de las negociaciones para la cesión de la dársena, en que Valencia ya es subsede olímpica de vela en la candidatura a los Juegos Olímpicos de Madrid 2020 o en la inversión que la multinacional Plug & Play pretende realizar en la capital.
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