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La acusada de sedar a varios bebés en Vigo niega que les administrara tranquilizantes

La policía encontró en su casa tres cajas del citado medicamento, con un total de 75 comprimidos y otros cinco partidos por la mitad

La cuidadora acusada, de espaldas, en la primera sesión del juicio, celebrada ayer
La cuidadora acusada, de espaldas, en la primera sesión del juicio, celebrada ayerSALVADOR SAS (EFE)

La cuidadora de la guardería de Vigo La Camelia, N.V.G., acusada de haber sedado a varios bebés con tranquilizantes en 2010, lo negó en el juicio que comenzó ayer en la sección viguesa de la Audiencia Provincial. Los testimonios de la directora del centro y de dos compañeras, así como de las directoras de otras dos guarderías donde había trabajado antes, coincidieron en calificar como “correcto” su comportamiento profesional, sin que nadie hubiera observado nada en la actitud de N.V.G. que se saliera de lo normal.

El caso se destapó en marzo de 2010 tras la hospitalización de un bebé al que se diagnosticó intoxicación por tranquilizantes. Luego se sumaron otros ocho casos con grados diversos de la misma dolencia. La fiscal pide para N.V.G. 14 años de prisión por un delito contra la salud pública y otros cinco de lesiones, y penas más elevadas las acusaciones particulares.

Pero de momento, tras la primera jornada del juicio, el principal indicio que inculpa a la cuidadora son sus declaraciones contradictorias. Ayer afirmó que en marzo de 2010 estaba a tratamiento con Trankimazín, lo que había negado en su declaración ante la policía por miedo, adujo ayer, “a que pensaran que estaba loca” y a perder su empleo. La policía encontró en su casa tres cajas del citado medicamento, con un total de 75 comprimidos y otros cinco partidos por la mitad. N.V.G. aseguró que se las había tomado ella y que nunca había llevado esa medicación a la guardería ni en su bolso.

La directora del centro describió a la acusada como “bastante callada, sensata, que atendía bien a los niños y tenía el aula limpia”. Ya había trabajado anteriormente en La Camelia con resultados satisfactorios y, tanto de la entrevista con ella como de las referencias que obtuvo de la guardería donde había trabajado anteriormente, dedujo que era la persona que necesitaba.

N.V.G., según el mismo testimonio, se quedaba algunos momentos “totalmente sola” con los bebés, pero solo sospechó de ella por exclusión, porque había sido la última contratada, “18 o 20 días antes”, y en la guardería no se había registrado ningún incidente parecido en 22 años de funcionamiento.

El juicio continuará hoy con los testimonios de psiquiatras, psicólogos, forenses, funcionarios del Instituto Nacional de Toxicología e inspectores de la Xunta, entre otros expertos citados.

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