Urkullu acusa al PP de pretender un “pucherazo” con el voto ‘exiliado’
El líder del PNV cree que la iniciativa quiere “mantener la foto del Parlamento”
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, cargó ayer con dureza contra la pretensión que el PP tiene de que puedan votar en Euskadi quienes tuvieron que emigrar por la amenaza de ETA. Ante la insistencia de los populares con una iniciativa que ya obtuvo el rechazo de la Cámara vasca, el líder nacionalista sacó a relucir su discurso más contundente al tildar la medida de “pucherazo”. “En su momento ya aprobaron junto al PSOE la Ley de Partidos para alterar la composición de las instituciones y ahora que la izquierda abertzale vuelve a las elecciones, lo único que pretenden es mantener la foto actual del Parlamento”, censuró.
Durante su primera intervención pública tras ser designado candidato oficial del partido a lehendakari, Urkullu enfocó su discurso político hacia las próximas autonómicas con motivo de la polémica suscitada en torno al sufragio exiliado. “¿Cómo es posible que ciudadanos con vecindad administrativa en otras comunidades autónomas puedan condicionar con su voto las políticas públicas que se aplican en Euskadi?”, se preguntó, antes de emplazar al PP, en la búsqueda de su objetivo, a inscribir a esas personas en el censo de residentes en el extranjero. El presidente del PNV calificó la medida de “artimaña” y acusó a los populares de “utilizar” el sufrimiento de las víctimas.
No tardó en encontrar respuesta por parte del líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, quien criticó al PNV por querer “beneficiarse de la limpieza del censo que provocó ETA”. Una declaración que elevó el tono de la disputa. Horas más tarde, a través de un comunicado, Urkullu instó al líder de los populares en Euskadi a que “deje de justificar un intento bochornoso de manipulación electoral” que calificó de “insulto a la inteligencia”.
El presidente nacionalista critica
Fueron las palabras más duras que se le escucharon ayer al líder nacionalista. En sentido inverso, durante la comparecencia de la mañana, recalcó su disposición “al consenso y los pactos” con todas las formaciones políticas, antes y después de la próxima cita con las urnas. Con el PSE, el PP e “incluso con Bildu”. Un entendimiento que, en su opinión, no tiene por qué limitarse a acuerdos de gobierno, sino que puede afectar a cuestiones concretas y del día a día.
El discurso matinal de Urkullu, de hecho, se inició con la mano tendida y una oferta de adhesión peneuvista al “esfuerzo de cohesión colectiva” que se ha reclamado desde la Unión Europea frente a la crisis económica. Según consideró, “España no cuenta con un modelo que funciona y Euskadi sí”. Un modelo, destacó, construido en las tres últimas décadas, la mayoría bajo mandato de su partido, y que ha sabido “combinar la disciplina presupuestaria con el impulso al crecimiento”. Por eso, recriminó, la “cerrazón” que percibe ante el PNV por parte del Gobierno central del PP, que no ha aceptado ninguna de las enmiendas al proyecto de Reforma Laboral, y por la del Gobierno vasco socialista, que tampoco recogió ninguna de las enmiendas presentadas al presupuesto.
Recalca que
El PSE fue también blanco de las críticas de Urkullu. Pese a la oferta de alcanzar entendimientos, el presidente nacionalista coincidió con lo que horas antes había manifestado el líder del su partido en Bizkaia, Andoni Ortuzar, al señalar que los socialistas han dilapidado en tres años de Gobierno el siglo de buena relación que había mantenido hasta entonces con el PNV.
Sus últimos reproches fueron para la izquierda abertzale, la principal adversaria de cara a las próximas autonómicas, según los sondeos. A preguntas de los periodistas, Urkullu insistió en que Sortu debe ser legal, pero descartó pronunciarse sobre el retraso de la decisión del Tribunal Constitucional al respecto, ya que fomentaría el “victimismo” de la antigua Batasuna. “De una forma u otra van a estar en las elecciones e incluso han apuntado que prefieren ir en coalición, así que no es tan relevante”, argumentó.
El acto de ayer fue el primero que utilizó el presidente nacionalista para consolidar su figura política en la carrera hacia las elecciones. Aunque se mostró respetuoso con la posibilidad de que las bases de su partido promuevan otros nombres como candidatos alternativos a lehendakari, remarcó que si resulta elegido y llega a Ajuria Enea, alcanzaría el “mayor orgullo” al que puede aspirar un vasco: “representar a su pueblo”.
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