“Déjala, que esta es una gilipollas”

“¡Déjala, que esta es una gilipollas!”. El diputado del PP Antonio Peral se refirió así, en voz alta, a la diputada de Esquerra Unida Esther López Barceló, durante el pleno de las Cortes Valencianas del miercoles, cuando regresaba a su escaño tras intervenir a favor de la proposición de ley de Compromís para crear un registro de regalos a autoridades y funcionarios. Había criticado que algunos cargos públicos hayan aceptado regalos, como coches, “por pequeños que sean”, en alusión al Mini que, según la investigación del caso Brugal, el empresario Enrique Ortiz regaló supuestamente a la niñera de Sonia Castedo, alcaldesa de Alicante. López Barceló cruzó unas palabras con Castedo cuando Peral lanzó su exabrupto.

La diputada de Esquerra Unida se quejó al presidente de la Cámara, Juan Cotino y la secundó la parlamentaria de Compromís Mireia Mollà, que exclamó: “¿Es eso decoro?”. Se refería a las resoluciones que Cotino ha dictado para garantizar que “no se menoscabe el decoro” en la Cámara, pero no hubo respuesta. Esther López escribió en Twitter que esperaba “las disculpas del diputado Antonio Peral”. El parlamentario del PP, un poco más tarde, describió en Twitter el incidente como “una expresión coloquial en conversación privada sin intención de ofender”. Y le dijo a la diputada: “Si te has dado por aludida te pido disculpas”. Todavía tuiteó unos minutos después: “Vivimos en un país de hipócritas que mientras insultan a bocajarro a los demás se rasgan las vestiduras con expresiones coloquiales”.