La nueva legislatura andaluza echa a andar con un PP fuera de juego

La novena legislatura andaluza echó a andar ayer con la expectativa de un Gobierno de coalición entre PSOE e IU —que se da por hecho— y un PP en fuera de juego, pese a haber ganado por primera vez las elecciones autonómicas. El acto de constitución de la nueva asamblea legislativa ofreció una fotografía muy ajustada de lo que serán los próximos cuatros años: socialistas e IU coparon los sillones relevantes de la Mesa en detrimento de los populares, cuyo cargo de mayor rango es la vicepresidencia segunda. Este grupo ni siquiera presentó un candidato para el puesto más alto, después de que los partidos de izquierdas cerraran en la víspera el reparto del órgano.

Sus líderes, José Antonio Griñán y Diego Valderas, se fundieron en un abrazo delante de las cámaras para dar una idea de la solidez del pacto que ambos apuntaron ya abiertamente, mientras que el popular Javier Arenas se quedó en un segundo plano con gesto institucional.

La sesión se desarrolló dentro de los márgenes previstos y el flamante presidente, Manuel Gracia, el veterano diputado socialista que lleva 30 años en la Cámara (desde su fundación), pronunció un discurso centrado en la tarea que tiene por delante el Parlamento, con frecuentes guiños a la autonomía andaluza y su fecha emblemática, el 28-F de 1980, cuando los andaluces se decantaron masivamente por la autonomía plena. Prometió que avanzará en las reformas para abrir la asamblea a los ciudadanos, como con el llamado Escaño 110 \[que los ciudadanos puedan defender iniciativas desde las tribunal de oradores\] y en la creación de comisiones de investigación que aumenten la confianza, en referencia al caso de los ERE fraudulentos, una exigencia de IU, aunque no lo llegó a mencionar expresamente.

También se refirió a la crisis económica y a la voracidad de los mercados para resaltar el valor de la política y su función primordial de mejorar la vida de la gente, en lugar de entretenerse en “juegos florales” y en “enfangarse en la bronca y el insulto”.

Gracia fue elegido con los votos de PSOE e IU —menos el del líder de la CUT, Juan Manuel Sánchez Gordillo, que introdujo una papeleta nula— y la abstención del PP. Le acompañan en la Mesa Ignacio García (IU), vicepresidente primero; Esperanza Oña (PP), vicepresidenta segunda; y Teresa Jiménez (PSOE), vicepresidenta tercera; Patricia del Pozo (PP), secretaria primera; Manuel Andrés González (PP), secretario segundo; y Remedios Martel (PSOE), secretaria tercera. Para estos puestos los grupos se pusieron de acuerdo en la distribución de sufragios.

Los populares se mantuvieron muy al margen de las señales de empatía entre la izquierda. En la línea de lo que ha venido diciendo Javier Arenas desde las elecciones, el nuevo portavoz del PP, Carlos Rojas, puso el énfasis en el blindaje del pacto que dirigirá la Junta en esta legislatura. Rojas, que ha sustituido a Esperanza Oña, denunció el “rodillo” que supondrá la alianza de ambas formaciones que, lejos de ser sobre acuerdos de programa, radica fundamentalmente en el reparto de sillones. “El PSOE no se ha dado cuenta, o lo ha olvidado, que ha sido el partido perdedor de las elecciones”, dijo, al tiempo que auguró un futuro muy negro. “Va a significar, sin duda, el regreso de Andalucía a las situaciones más radicales”, agregó.

Los virtuales coaligados, sin embargo, se felicitaron por una etapa que calificaron de “apasionante” y “esperanzadora”. En un plazo máximo de 15 días debe celebrarse la sesión de investidura del presidente de la Junta.