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El peaje del Algarve causa una caída del tráfico del 56% en tres meses

El pago por la entrada a la A-22 provoca que los conductores españoles opten por la nacional 125

Un camión pasando por un tramo de la A-22 en diciembre de 2011.
Un camión pasando por un tramo de la A-22 en diciembre de 2011. JULIÁN PÉREZ (EFE)

En la autovía del Algarve (A-22), conocida como la Vía do Infante, se ha producido un desplome del tráfico desde la implantación del peaje en esa carretera el pasado ocho de octubre. La circulación de vehículos por la A-22 en los meses de enero y marzo de 2012 ha experimentado una reducción del 56,3% respecto al mismo periodo del pasado año, según los datos del Instituto de Infraestructuras Viarias del gobierno portugués.

En este trimestre circularon por la autovía 302.360 coches, un promedio de 16.764 al día. En los mismos meses de 2011, el tráfico diario medio fue de 692.384 vehículos, lo que supone una caída de 390.024 coches (56,3%).

La ordenanza fija 20 euros por cada vehículo y 12 por las tiendas de campaña

Es la segunda vez que se pone de manifiesto el descenso de tráfico en esa vía. Según los datos aportados por la empresa Estradas de Portugal, que gestiona las autopistas del país, la autovía del Algarve registró una bajada del 48,1% el diciembre pasado en relación con el mismo mes de 2010, la mayor caída registrada en las autovías, antiguas Scut (sin coste para el usuario) en las que se implantó ese sistema de pago. La A-22 fue utilizada en diciembre de 2011 por 6.454 conductores frente a los 13.135 que circularon por esa misma autovía en 2010.

La Vía do Infante es el acceso empleado tradicionalmente por los turistas españoles para entrar en Portugal. La entrada en vigor del peaje ha provocado que muchos conductores hayan optado por coger, como alternativa, la nacional 125 (N-125), que los usuarios consideran que no reúne las condiciones de seguridad para absorber importantes flujos de circulación. En las vacaciones de Semana Santa se volvieron a reproducir las quejas por parte de los turistas españoles por un sistema de pago que, después de cuatro meses de funcionamiento, aún sigue resultando caótico. En el acceso al Algarve, una de las zonas más turísticas del país, se formaron colas a la hora de pagar, que suscitaron numerosas quejas de los turistas. Los vehículos con matrícula extranjera deben adquirir una tarjeta prepago o alquilar un dispositivo de lectura para circular por esa autovía.

Sin embargo, el Instituto de Infraestructuras Ferroviarias -encargado de dar los datos del tráfico por trimestres- no atribuye directamente el descenso en el tráfico en la A-22 a la entrada en vigor del peaje. Se limita a señalar que "puede ser una consecuencia" del establecimiento de ese sistema de pago.

La mayor caída del tráfico se registró en Loulé-Faro (Portugal), donde se encuentra el aeropuerto, durante el mes de febrero. La circulación de vehículos en 2011 por esa carretera, afectada por el peaje, fue de 23.287 frente a los 9.134 de 2012, una pérdida del 14.134 vehículos.

El secretario general de la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer), Juan Antonio Millán, señaló que "existe una preocupación en la región del Algarve por la caída de visitantes españoles a la zona. Se está resintiendo de forma considerable el turismo, la hostelería y el comercio. La economía del Algarve no puede soportar esta situación". Millán remarcó: "Hay que seguir luchando para lograr eliminar el peaje en la zona transfronteriza. En los kilómetros que se determine, pero que se deje libre la circulación, que se restablezcan las oportunidades de negocio, de comercio y las visitas que han hecho crecer y desarrollarse a esa zona".

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