Solo el 4% de las cadenas hoteleras valencianas invierte en el extranjero

Los empresarios turísticos valencianos, un sector que aporta alrededor del 13% de la riqueza autonómica y que es responsable del 12,8% del empleo, apenas han salido al exterior contrariamente a lo que han hecho los de otras comunidades autónomas vecinas con una oferta turística similar. La Comunidad Valenciana, tercer destino del turismo nacional y quinto en importancia para los extranjeros, cuenta con una contada y muy escasa presencia internacional y ello a pesar de que algunos negocios están ampliamente consolidados tras más de 40 años de experiencia en el turismo vacacional de sol y playa.

De hecho, Oana Driha, del departamento de Análisis Económico Aplicado de la Universidad de Alicante, asegura que solo el 4% de las empresas hoteleras valencianas han salido al extranjero. La investigadora ha analizado este aspecto como complemento a su tesis doctoral Evolución de la inversión hotelero-inmobiliaria española en el extranjero: 2000-2010.

Hace dos años en la Comunidad Valenciana existían 48 cadenas hoteleras, buena parte de las cuales están ubicadas en Benidorm, y de las cuales apenas dos cuentan con presencia internacional, según los datos que maneja Driha. La investigadora menciona el pequeño tamaño de las empresas como una de las causas: más del 62% de las firmas hoteleras valencianas tienen menos de cien empleados, “lo que parece indicar una escasa disponibilidad de recursos financieros”, asegura.

Dos excepciones a la regla

Pese a esta explicación, las cadenas Marconfort Hoteles, ubicada en Benidorm, o Balboa Hoteles, con sede en Valencia, “con escasa capacidad de financiación interna debido a su tamaño empresarial, cuentan con presencia transfronteriza”, constata la investigadora. Estas cadenas no se ajustan al modelo internacional de las grandes cadenas del sector. La segunda explicación que encuentra el estudio refiere al escaso aprovechamiento de las redes empresariales. Una tercera razón, sospecha Driha en su explicación, se encuentra en la visión de los propios empresarios.

“Los empresarios valencianos se han centrado en un solo nicho de mercado, que es un turismo vacacional económico, y no se dan cuenta de que se tienen que adaptar a los cambios en las preferencias de los clientes, cada vez más informados gracias a las nuevas tecnologías y que buscan cada vez más un turismo personalizado y nuevas experiencias”, aporta la investigadora.

La internacionalización hotelera española arrancó en los ochenta de la mano de las grandes empresas líderes del sector, especializados en el turismo vacacional. Las cadenas que abrieron camino fueron Sol Meliá, Barceló y Occidental. Después les siguieron otras de menor tamaño. Pese a ello, el 95% de la oferta española en el extranjero se concentra en algo más del 38% de las cadenas, asegura la tesis de Driha. Y con los años, hay nuevas tendencias. Las cadenas españolas han puesto su mirada no solo en los destinos vacaciones del América Latina, sino también en otros destinos más maduros como Europa o Estados Unidos, evolucionando hacia una vertiente urbana.

La investigadora también analiza la nula internacionalización de los restaurantes valencianos. Los escasos recursos propios y la escasa inversión en formación, que les impide ser capaces de aprovechar las oportunidades del mercado, son los principales motivos de esta realidad. “Cabe pensar que las empresas de restauración se enfrentan incluso a más debilidades que las empresas hoteleras ya que, además del reducido tamaño empresarial, y, por tanto, de sus recursos financieros, no conllevan el interés inmobiliario que atraer a los agentes de sectores conexos a involucrarse en el negocio hotelero”, explica la investigadora.