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ENTREVISTA | AURELIO MARTÍNEZ

“En Valencia ha habido poca defensa política de lo nuestro”

El catedrático y ex alto cargo socialista considera que la valencianía "debería ser buena gestión" Martínez ha participado en Valencia en una jornadas sobre la reestructuración bancaria

Aurelio Martínez, durante la entrevista.
Aurelio Martínez, durante la entrevista.MÓNICA TORRES

En un borroso horizonte financiero sobre el que planea la sombra del oligopolio, el catedrático de Economía Aplicada Aurelio Martínez (Zaragoza, 1947) participó la semana pasada en unas jornadas de la Facultad de Economía de la Universitat de València bajo el título casi poético de Más allá de la Gran Recesión, para tratar la reestructuración bancaria en unos tiempos en los que se espera la nueva ola de fusiones acuciada por la reforma del sistema financiero. Curtido en la política y como alto cargo socialista de instituciones económicas y la Administración central y autonómica, se prepara para volver a las aulas.

Pregunta. ¿Cuáles son los principales problemas sobre los que debe actuarse en nuestro sistema financiero?

Respuesta. Además de la reestructuración y el funding —los fondos—, que en el caso español es muy importante, sobre todo habría que liberar a los bancos de los activos financieros dañinos. Y eso tiene dos problemas: cuantificación y solución. Según mis estimaciones, el volumen total de activos afectados está en torno a los 590.000 millones de euros, el 30% de todos los activos del sistema. Si su valor de mercado es el 55%, tendríamos unas pérdidas de alrededor de 260.000 millones de euros, de los que quedarían por dotar unas provisiones de 140.000 millones. Los bancos han destinado a dotaciones adicionales y a pérdidas por deterioro de activos 25.000 millones de euros en 2010 y 30.000 en 2011. Pero los 145.000 millones no pueden absorberlos ya, porque el crédito se reduciría de manera espectacular. La solución es crear un instrumento que sanee activos, llamado agencia de restructuración o banco malo.

P. Pero España no lo ha hecho.

R. Aquí ha habido muy poca labor pedagógica. El banco malo tenía mala imagen porque se ha entendido que ayudaba a los bancos, pero solo les daba tiempo, sin perdonarles un euro. Y, como siempre, aquí se ha confundido el aumento de la deuda con déficit. El hecho de comprar los activos dañados emitiendo deuda pública en cantidades muy importantes no significa que aumente el déficit. El Tesoro de Estados Unidos ha ganado 25.000 millones de dólares por el paquete de activos que adquirió con dinero público durante 2008 y 2009. Si se tiene un buen equipo de gestores que espere a que el mercado recupere precios, no tiene por qué ser un negocio ruinoso. Y si se explica con transparencia que se conseguirá un sistema financiero perfectamente saneado, el mercado lo admitiría.

"El único impuesto que tiene capacidad recaudatoria en España es el IVA"

P. Con la reforma del sistema financiero aprobada en febrero, ¿el paisaje resultante será el del oligopolio?

R. Aunque es una medida razonable, la reforma es insuficiente. Si estimo que hay un agujero global de 140.000 millones de euros y dicen que aumentarán las dotaciones en 50.000 millones de euros, la reforma va en la dirección correcta, pero no resuelve todo el tema y mantiene ciertas incertidumbres sobre el sistema. A las entidades que no tengan capacidad de provisión se les dejará un año, pero tendrán que fusionarse, con tiempo y ayudas. Si vamos a un modelo en el que en España habrá 10 o 12 entidades financieras importantes y, según sea el mapa final, las cinco primeras tendrán más de la mitad de los recursos, eso es oligopolizar el sistema, y no es bueno ni para los ciudadanos ni para los empresarios.

P. En una situación en la que se ha demostrado la falta de control de las autoridades nacionales, ¿sería partidario de crear un único supervisor europeo?

R. Lo que habría que hacer son normativas reguladoras controlables por todos los países. Por ejemplo, no puede ser que la normativa de calidad sea distinta entre países. En este momento no todos los estados entienden lo mismo por recursos propios. Tampoco el sistema de incentivación para los que trabajan en banca ha sido el correcto, porque se fija en el corto plazo pero no en la calidad del activo ni del futuro. Hasta 2007 estaba de moda quitar controles, porque decían que el mercado lo regularía todo, y esa filosofía nos ha llevado adonde estamos. Hay que normalizar muchas cosas, pero dudo de que se arregle con un inspector único. Se solucionará con leyes y normas bien hechas, aplicables y exigidas a todos por igual.

"La valencianía debería ser algo más que buenas palabras, una buena gestión"

P. La banca española ha absorbido la mitad del crédito solicitado al BCE en febrero, pero ese dinero no llegará ni a las familias ni a las empresas.

R. Si el entorno económico es muy negativo y tienen una cuenta de resultados muy dañada, es complicado pedir a los bancos que den dinero al que no se lo va a devolver. Es cierto que al reducir mucho la toma de riesgos no solo le están negando el crédito a los malos, sino también a los regulares e incluso a los buenos. Ese es el problema, pero para eso se debía haber consolidado una banca pública con mayor presencia.

P. En cuanto al sistema financiero valenciano…

R. Ya no existe nada y es una pena. Se ha actuado de una manera miope al no apoyar las entidades valencianas, y políticamente se ha presionado a tomar excesivos riesgos en áreas no rentables. En las cajas de ahorro valencianas más de un director general tuvo que marcharse por no estar de acuerdo con la política a aplicar. Con un puesto tan bueno, cuando un director se va, será por algo. Las otras cajas, con riesgos y situaciones parecidas, han tenido más fortaleza y apoyo político, como en Galicia o Cataluña. En la primera ola de fusiones ha habido más defensa política de lo racional en otras comunidades que en la nuestra. Además de los problemas internos, en Valencia ha habido poca defensa política de lo nuestro.

P. ¿Tiene sentido en este momento apelar a la valencianía?

"El sistema se fija en el corto plazo, pero no en la calidad del activo ni del futuro"

R. Siempre tiene sentido, pero es un poco tarde. ¿Por qué no se defendió la valencianía cuando Banco de Valencia estaba invirtiendo en México y otros sitios? Si se hubiera evitado eso y otras cosas, a lo mejor no hubiéramos llegado a esto. La valencianía debería ser algo más que palabras, debería ser una buena gestión. Después de no haber gestionado adecuadamente, no entiendo a qué viene ahora reclamar la autonomía.

P. ¿El control político de las cajas no era buena idea?

R. Nosotros dejamos una ley de cajas que limitaba el peso del poder político, y la primera de las leyes que hizo el PP nada más llegar fue cambiarla para aumentar el peso político y controlarlas. Ya sabíamos adonde estaba abocado este sistema y ahora nos lamentamos. ¿Protestó alguien entonces? ¿Dónde estaba [el lobby de] la Asociación Valenciana de Empresarios en ese momento? Haber perdido las dos grandes cajas implica perder empresas y puestos de trabajo cualificados. Si hablo con mis amigos, entre los que tengo muchos del PP, y les pregunto dónde trabajan sus hijos, están en Madrid o en Londres. Es lo que hemos conseguido con esta política.

P. La deuda pública de la Comunidad Valenciana supera los 20.700 millones de euros. Como solución para incrementar los ingresos, usted propone aumentar el IVA.

R. En este momento, el único impuesto que tiene capacidad recaudatoria en España es el IVA y los impuestos especiales a la gasolina, tabaco y alcohol. Si se hace bien y deja exentos los bienes de primera necesidad y aumenta los tipos impositivos sobre los bienes de lujo, los que consumen las clases con mayor nivel de renta, el IVA es más progresivo.

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