Industria audita a Hiriko al dudar del uso que ha dado a 14 millones en ayudas
Unda aprecia “algo raro” en las cuentas de la firma de coches eléctricos
“Señora Hernaez. No queremos otro fiasco, y para que eso no ocurra tenemos que actuar con prudencia y con cautela”. El consejero de Industria, Bernabé Unda, evocó ayer el fracaso industrial de Epsilon Euskadi, y el quebranto económico —entre 16 y 24 millones— que le ha supuesto al Ejecutivo el compromiso al que llegó el tripartito con esa empresa, como un ejemplo de que hay que ser prudentes respecto del proyecto de coche eléctrico Hiriko Driving Car.
Este último ha recibido ya, al menos, 14 millones de euros, entre las ayudas concedidas por el Gobierno español y el vasco, sin contar las que haya podido recibir de Europa.
Unda hizo esa apreciación ayer en el pleno de control del Parlamento a preguntas de la parlamentaria del PNV Estibaliz Hernaez, quien quería saber por qué ni el lehendakari ni ningún consejero, pese a estar invitados, se trasladaron en enero a Bruselas a la presentación oficial ante el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, del primer prototipo de Hiriko. Aunque el coche no llegó a arrancar y hacer una vuelta de honor, Duráo se puso a sus mandos y alabó el desarrollo de la empresa vasca.
El presupuesto de la firma, próxima al PNV, en 2011 sumó nueve millones
El consejero, tras subrayar que el Gobierno asistió al actoa a través de su director de tecnología, preguntó a Hernaez si le parece poco apoyo 14 millones en ayudas cuando el presupuesto de la firma en 2011 ascendió a nueve millones. Esa reflexión le llevo a anunciar que, para evitar problemas y por una cuestión de mero control de los fondos públicos, el Ejecutivo va a auditar las cuentas de Hiriko. “Vamos a evaluar todos los descargos técnicos recibidos, no solo de la convocatoria del 2010, sino también de 2011. Vamos a evaluar las justificaciones presentadas aquí y en Madrid, y auditar los gastos del proyecto presentados por los diferentes participantes en dichas justificaciones”, anunció el consejero.
Las dudas del Gobierno se basan, precisamente en el aparente desencuadre entre las abultadas ayudas recibidas y el gasto presupuestado. En 2010, el total del presupuesto del proyecto ascendía a algo más de 11 millones de euros y el Ejecutivo autónomo le concedió una ayuda de 817.128 euros. Hiriko había solicitado dos millones, una cantidad que se correspondía a los tres únicos socios que quedaban en el proyecto de los 11 que inicialmente dijeron que iban a participar.
La firma recibió el año pasado 12 millones del Ejecutivo central
El año pasado, la empresa, próxima al PNV y en cuyo Consejo de Administración figuran relevantes miembros de ese partido, presentó un presupuesto total de nueve millones. Es decir, el total de lo presupuestado en 2010 menos los dos millones subvencionados ese ejercicio.
De esos nueve millones de 2011, la Asociación para el Fomento y Promoción de Actividades Industriales y Deportivas de Automoción (Afypaida), que lidera el proyecto, solicitó una subvención para 5,4 millones —el Gobierno le concedió 906.046 euros— y el resto está pendiente de solicitar ayudas con cargo al actual ejercicio.
Y, por otro lado, el Gobierno central, según figura en los Presupuestos Generales del Estado del año pasado, ha entregado a la mencionada asociaición, al menos, “una subvención nominativa, no competitiva y absolutamente discrecional” de 12 millones de euros, y podría haber más partidas.
“No le suena a usted esto un poco extraño? Pues a este Gobierno sí”, espetó Unda a Hernaez. El proyecto tenía en principio un presupuesto de 11 millones que luego bajó a nueve, y según explicó el Gobierno ha recibido de las instituciones más de 14 millones de euros en ayudas. “Tenemos que ser escrupulosos con las ayudas”, indicó.
Junto a esas subvenciones, el proyecto Hiriko se presentó en Europa dentro del marco innovación social europea, por lo que resulta posible que también recibiese dinero, aunque el Ejecutivo no tiene constancia, de momento, de que ingresase fondos a través de esa vía.
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