_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Belleza entre material de derribo

Siempre hay una extraña mezcla de atracción y repulsión en las canciones de Xiu Xiu

Siempre hay una extraña mezcla de atracción y repulsión en las canciones de los californianos Xiu Xiu. Su principal (prácticamente único) responsable no responde el arquetipo de alicaído cantautor cortavenas que tanto se estila, sino al de un tipo que regurgita todos sus demonios para escupirlos mediante una furiosa amalgama de post punk, áspera cacharrería electrónica y textos que juegan con los extremos: el dolor, la muerte o el sexo. Un personaje con cara de muy pocos amigos, de quien puede decirse, pese a ciertas filias más o menos reconocibles (como esa versión de Ceremony, de New Order, que recuperaron en Wah Wah, sin que sus tomas de Bowie o Rihanna tuvieran hueco), que va tan por libre que constituye una rara avis en la independencia yanqui.

POP | XIU XIU

Xiu Xiu. Jamie Stewart: voz, guitarra y programaciones; Marc Riodan: batería; Devin Hoff: bajo; Bettina Escauriza: teclados. Wah Wah. Valencia, miércoles 28 de marzo de 2012.

Su directo, fornido por una banda en condiciones, que acrecentó el carácter orgánico de una propuesta que tiene mucho más recorrido del que esboza el estudio de grabación, es tan puntilloso como el propio personaje. Conviene asimilar esos largos recesos entre canción y canción (las afinaciones de su guitarra mandan) porque la intensidad desplegada en cada una de ellas no hace prisioneros. Ya sea recuperando alguna pieza del lejano Fabulous Muscles, como desgranando lo mejor del estupendo y reciente Always, todos sus temas son metálicas y afiladísimas viñetas de tremendismo sonoro, rítmicas y cortantes odas a la angustia vital marcadas por el dramatismo que la garganta de Jamie Stewart, de innegable estirpe post punk, imprime a todo lo que toca. Su romanticismo fatalista, con melodías que buscan lo memorable (algunas lo consiguen) entre material sonoro de derribo, es para degustar en pequeñas dosis. Y Stewart, que no es precisamente un tipo presto a concesiones, no consideró estirarse por más de una hora escasa, haciendo mutis por el foro ante todos aquellos impenitentes fieles que pedían un bis. Habrá que echar mano de aquello de lo bueno y breve.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_