El fiscal rebaja la petición de condena para el ciberacosador
El ministerio público deja fuera a 14 de las supuestas víctimas Reduce de 359 a 308 años la solicitud de cárcel para Jorge Miranda Castro
El fiscal ha rebajado esta mañana la petición de condena para el supuesto ciberacosador Jorge Miranda Castro, de 27 años, que está siendo juzgado por la Audiencia Provincial de Madrid y cuyo juicio ha quedado visto para sentencia. El ministerio público ha reducido de 359 a 308 los años de cárcel que ha solicitado para el acusado, al dejar fuera a 14 supuestas víctimas, con lo que serían 67 y no 81, como se decía inicialmente. Según el fiscal, no ha quedado acreditado a lo largo del juicio que realmente fueran acosadas por Miranda. Miranda se enfrenta a los delitos de revelación de secretos, contra la integridad moral y de elaboración y distribución de pornografía infantil.
En su alegato final, el fiscal ha recordado que en el ordenador del acusado se han encontrado hasta 20 horas de grabaciones de vídeos de las víctimas —en su mayoría, menores de edad—, además de numerosas fotos. “Es claro que su propósito era conseguir imágenes de las mujeres mediante amenazas, humillaciones e intimidación”, ha afirmado el ministerio público. Este también ha recordado que Jorge Miranda empleaba gran violencia psicológica contra las mujeres. “Había ánimo de humillar y ánimo de intimidar”, ha añadido.
El abogado de la defensa, Juan Carlos Higuera, ha pedido la libre absolución de su cliente y ha negado que la investigación policial realmente haya demostrado su culpabilidad. Según el letrado, Miranda solo tiene documentación en su ordenador porque las víctimas se la enviaron o porque los colgaron en portales en los que se podían cargar vídeos pornográficos.
El letrado también ha pedido que se le apliquen dos atenuantes, en el caso de que sea condenado, y los concursos de delitos para rebajar la condena y no llegar hasta los 308 años que solicita el fiscal. Entre las atenuantes, están "los graves problemas psiquiátricos" que sufre. Los peritos que participaron en la jornada de ayer relataron que el acusado sufría un trastorno mixto de la personalidad con rasgos esquizoides y evitativo, al que se une ansiedad de fobia social, adicción a Internet y un trastorno de inclinación sexual, voyeurismo y escatología sexual. Todo ello le lleva a aislarse y a ser retraído socialmente. La otra atenuante es la de dilación indebida en el proceso, ya que estuvo parado al menos siete meses.
“Con todo ello, una sala novedosa absolvería a mi cliente porque no se ha cotejado la relación entre el ordenador de mi cliente con los ordenadores de las supuestas víctimas. Tienen la oportunidad de abrir una brecha en la jurisprudencia”, ha remarcado Higuera en su informe final, que ha remarcado “las desproporcionadas penas” por los delitos cometidos. El acusado no ha hecho uso de su derecho a la última palabra antes de que el juicio quedara visto para sentencia.
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