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La policía sospecha que Pelopincho fue secuestrado por mafias marroquíes

La desaparición del narco sería una venganza por perder 4.000 kilos de hachís Los agentes no descartan que haya escapado de sus captores y esté vivo

Poco a poco la policía va reconstruyendo el puzle para despejar las incógnitas que rodearon la desaparición del narcotraficante José Antonio Pouso Rivas, Pelopincho, a finales de 2010. Su ausencia, al igual que la de su abogado, en el sonado juicio en el que iba a comparecer como principal acusado de blanquear 20 millones de euros, le hizo más famoso si cabe como prófugo de la justicia.

Capturado su abogado Franco Argibay, el rastro sobre Pelopincho sigue aportando datos que constatan que el narcotraficante no perdió el tiempo desde que el juez de Caldas le dejó en libertad por imperativos legales tras pasar cuatro años en prisión preventiva. Nada más salir de la cárcel, Pouso Rivas preparó una descarga de 4.000 kilos de hachís. Para eso se desplazó a Marruecos donde la policía ha logrado reconstruir bastantes pistas. Pero, al parecer, la operación no salió bien y la lancha con el cargamento se hundió frente a las costas de Lisboa, antes de llegar a Galicia, su destino final.

Tras este incidente comenzaron los problemas para Pelopincho y sus socios. Los proveedores de la droga le reclamaban el dinero y no se creyeron que el cargamento se hubiera ido a pique. El primero que desaparece en relación con estos hechos es otro presunto narcotraficante de Pontevedra, José Bernardo Amil Villaverde. Lo último que se sabe de él es que dos individuos se presentaron en su casa y se lo llevaron en un coche que luego apareció quemado en un monte cercano.

Mientras la Guardia Civil le pisaba los talones tras la orden de busca y captura dictada por la Audiencia de Pontevedra, José Antonio Pouso podría haber sido secuestrado por las mafias marroquíes. En esta hipótesis trabaja ahora el equipo del Greco (Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado) encargado del caso que instruye el juzgado número 1 de Cambados, ocho meses después de abrir unas diligencias que continúan secretas.

Los agentes no descartan que haya escapado de sus captores y esté vivo

La policía no ha descartado que Pelopincho esté vivo y haya podido escapar de los narcos marroquíes que le fiaron el alijo y le reclaman el dinero, pero tampoco tiene pruebas fehacientes de que haya sido víctima de un ajuste de cuentas. En este escenario de interrogantes, tres personas han comparecido recientemente en los juzgados de Cambados porque la policía cree que saben qué le pudo ocurrir a Pouso Rivas y a Bernardo Amil. Diversos indicios documentales, como fotografías y pinchazos telefónicos, le tenía reservada la jueza a los posibles testigos del caso pero estos se negaron a declarar. Manuel Sineiro Fernández, Machucho, y Fernando Suárez Suárez, El Pirata, ambos de Cambados, están cumpliendo condenas por narcotráfico. El tercer testigo, José Luis Fabeiro, de Vilanova, acudió voluntariamente al juzgado que había ordenado su búsqueda.

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Sineiro pertenece a una saga de conocidos narcos apodados Los Machuchos y tiene varias causas pendientes, mientras Fernando Suárez es uno de los implicados en la Operación Temple como hombre de confianza de Manuel Lafuente, Nelo. Manuel Sineiro también compareció en el juzgado número 2 de Cambados donde paralelamente se investiga la frustrada operación de hachís que desencadenó el posible secuestro de Pelopincho y en la que aparece como uno de los principales acusados, pero también se acogió al derecho a no declarar.

El 19 de noviembre de 2010 la mujer de Amil denunció su desaparición y días después, en Padrón, una joven brasileña, pareja de Pouso Rivas, también había denunciado que “algo raro le había ocurrido”: Pelopincho solía despedirse de ella al irse de casa y aquel día no lo hizo.

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