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Griñán y Valderas firman tablas en un enfrentamiento sin enemigo

La ausencia de Arenas propicia una confrontación de guante blanco

Fernando J. Pérez
El director general de la RTVA, Pablo Carrasco, abandona el plató mientras Griñán y Valderas se saludan antes del debate de ayer.
El director general de la RTVA, Pablo Carrasco, abandona el plató mientras Griñán y Valderas se saludan antes del debate de ayer.GARCÍA CORDERO

El debate electoral a tres celebrado ayer por Canal Sur pasará a la historia de la comunicación política como un debate en el vacío. El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, se vio obligado a confrontar sus ideas con el fantasma del líder del PP andaluz, Javier Arenas, ausente por decisión propia. Mientras, en el atril de enfrente, el candidato de IU, Diego Valderas, trataba de situarse como verdadera alternativa de izquierdas sin hacer demasiada sangre, y esquivaba los poco disimulados intentos de Griñán de seducirlo, consciente de que sus escaños pueden ser vitales para repetir como presidente de la Junta de Andalucía: “No se equivoque de adversario”, le pidió Griñán al inicio de la confrontación, que fue de guante blanco.

Autodescartado Arenas, el verdadero morbo del programa, residía en la respuesta que los trabajadores de Canal Sur darían a las continuas acusaciones de falta de neutralidad de la televisión autonómica que el líder popular puso como excusa para no asistir al debate. La moderadora, Mabel Mata, inició la presentación del programa con una defensa serena pero firme de los trabajadores de Canal Sur ante los ataques de Arenas, cuya ausencia dijo “respetar”. “Quiero recalcar muy claramente la honestidad y profesionalidad de todos los que trabajan en esta casa”, afirmó Mata tanto al inicio como al final del espacio informativo.

La presentadora se limitó a señalar que Arenas “declinó la invitación” de Canal Sur a debatir, sin hacer mención al requerimiento notarial del PP, que ayer mismo por la tarde había exigido por vía notarial a Canal Sur una confesión pública del pecado de parcialidad. Arenas pretendía que Mata leyera un comunicado en el que justificaba su ausencia en el supuesto mal hacer contra su partido de los periodistas de los medios públicos andaluces.

Los preliminares del debate, que las formaciones políticas también analizan con lupa, consistieron en la llegada al plató de los candidatos, acompañados por Pablo Carrasco, director de RTVA, grabaciones sobre la historia de los debates y de teoría sobre la comunicación no verbal. Estos reportajes enlatados permitieron a los realizadores superar la censura impuesta por una asesora con exceso de celo profesional, que cerró la puerta a las cámaras mientras ambos candidatos departían tranquilamente mientras se colocaban los micrófonos de corbata —roja Valderas, azul Griñán—.

Tras una pieza de autopromoción de la retransmisión del partido de Champions entre el Real Madrid y el CSKA de Moscú, la información del tiempo y un bloque de publicidad, el debate arrancó a las 21.30. Ambos contendientes se situaron frente a frente de pie ante un atril. En medio de ellos, la moderadora, Mabel Mata, periodista de la televisión autonómica. Nada en el plató —ni un atril vacío, ni un hueco sospechoso— hacía notar la ausencia voluntaria de Arenas.

El debate se inició con un bloque de 28 minutos dedicado a la economía y el empleo, el mayor problema de Andalucía. Griñán, muy centrado en dominar el relato, arrancó el debate con una sorprendente referencia personal, un auténtico as en su discurso: “Conozco el problema del paro, sé cómo se vive y se siente, tengo a mi hijo pequeño que está en casa en paro”, afirmó el presidente de la Junta. A continuación, entró en un ataque a las políticas del PP, que según él, “ha usado la crisis para recortar derechos”. “Cada día de gobierno del PP, el paro ha aumentado en 5.000 personas y no se va a mejorar con el recetario de ahora mismo”, sostuvo.

Enfrente, el candidato de IU, Diego Valderas, fuertemente pertrechado de cifras, empezó blandiendo un ejemplar del Estatuto de Autonomía al tiempo que reprochaba a Griñán y al PSOE “haber negado la crisis, hablar de brotes verdes y pasar de hablar del pleno empleo al pleno paro”. El dirigente izquierdista se esforzó en asimilar las políticas económicas de socialistas y populares. “El PP tiene responsabilidad en la crisis, y esta se torna mas dura, pero \[al Gobierno del PSOE\] le hicieron una huelga general el 29 de septiembre, se hizo una reforma exprés de la Constitución Española para obedecer a los mercados y se acordó entre Rubalcaba y Rajoy un techo presupuestario”.

El segundo bloque, centrado en los servicios públicos y el estado del bienestar sirvió para que Griñán reprochara, sin citarlo expresamente, a IU haber pactado con la derecha en Extremadura. Valderas criticó al PSOE por haber pactado en Navarra y el País Vasco “con los requetés”. El presidente de la Junta también fue a por el PP en efigie. “Con la crisis, la derecha usa el control del déficit público para recortar el estado de bienestar. Me hubiera gustado que Arenas explicara por qué se acusa a las comunidades autónomas del déficit cuando es menor que el del Estado, la única explicación que encuentro es que se pretende hacer una política de privatización”, sostuvo Griñán.

Valderas, que no estaba dispuesto a representar el papel de Arenas, recordó al presidente andaluz: “El primero que habló de recortar el déficit fue Zapatero y usted aplaudía y decía que era el alumno más aventajado. Tenemos más paro en Andalucía que en diez comunidades autónomas juntas. Así, los jóvenes no ven el futuro en sus políticas y en las de Arenas, que son muy parecidas”.

El tercer bloque, centrado en las instituciones, dio lugar a sacar a debate el problema de la corrupción. Fue la intervención más intensa de Griñán: “Me asquea la corrupción y desprecio a quienes se aprovechan de la política para beneficiarse personalmente”. El candidato socialista reconoció que el escándalo de los ERE, que afecta al PSOE, “es grave” pero distinguió entre los partidos que “denunciamos, destapamos y perseguimos caiga quien caiga la corrupción cuando afecta al adversario y cuando nos afecta nosotros” y los partidos, en referencia al PP, “que tapan los delitos y sientan en el banquillo a jueces que investigan la corrupción, como Garzón”.

Sobre los ERE, Valderas recordó que el PSOE “impidió que el Parlamento de Andalucía investigara el latrocinio de mil millones de fondos públicos” y responsabilizó a Griñán “al menos por omisión” del escándalo, como antiguo responsable de Economía.

El minuto de cierre tuvo menos fuerza que el arranque. Valderas aludió a la “rebeldía” frente a “las políticas de derecha que tanto daño han hecho a Andalucía, las practique quien las practique”, mientras que Griñán, terminó pidiendo “disculpas” al líder izquierdista si en algún momento pudo haberlo “ofendido” y deseándole suerte “en lo personal”. “En lo político, la suerte se la deseo a Andalucía”.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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